Subió al transporte, pasando de largo a Stan solo para sentarse al lado de Eric, era su costumbre y era mejor que nadie le intentara quitar el lugar, por más que veía a varios de sus compañeros mirarlo extrañados. Ellos eran los que hacían cosas fuera de lugar.

—Bien Eric, necesito que me digas que está pasando aquí, no estoy jugando.— Su tono de voz era inexpresivo y duro pero sin ser agresivo ni enojado. No importaba si el castaño estaba actuando fuera de lo usual, jamás le hablaría tan pesado y cortante como a los demás porque a sus ojos seguía siendo el niño dulce del que todos sacaban provecho.