— Le quitas el misterio a todo Badoo... —La heroína si que sabía que tenía problemas con él, no de mal, sino simplemente eran opuestos en ese tipo de cosas, además le costaba mucho expresar algo o pedirlo. Notaba las miradas que lanzaba aquel a los costados, ella arqueó una ceja y cuando quiso invitarle para ver si estaba buscando algo él le interrumpió con ese acercamiento y el beso repentino que dejó en sus labios. Mirko se quedó perpleja, parpadeó varias veces y se quitó uno de sus guantes para tocar sus propios labios, aún analizando todo antes de que su cuerpo reaccionase y su cara se pusiese colorada— ¡M-Metal bat! T-Tu... Ehh... —Respiro hondo para calmarse, volver a su antigua seguridad, fingir que no había querido eso y que hacía dos segundos no había entrado en una crisis de nervios — Bueno, ¿Tendré que agendar una cita en tu apretado itinerario? Créeme que estaré muy ansiosa