¡Me parece perfecto! -Exclamó a todo fervor mientras alzó su puño derecho unos momentos para acto seguido volver a guardarlo dentro de su canguro.-
¡Oh! Casi, casi, casi.~ ♪ Yo tengo 17 años. Eres mucho más grande que yo, señor healer. -Esta vez expuso sus palabras en un tono jocoso y divertido, mientras se tomaba el atrevimiento de picar sus costillas con su codo.- Pero este jovencito sabe hacer muchas cosas en el horno. Te gustará mis trabajos.
-Sabía que estaban llegando del norte unas tropas bajo las órdenes del Rey que volvían de la frontera del mismo reino. Desconocía el que habían ido a hacer, pero seguramente tendría que atender a unos cuantos soldados.-
Aprovecharé al máximo todo lo que pueda esta noche, ¡no sé cuando se dará otra así~!
-Rió fuertemente cuando dijo aquel número, cerca sí, pero no era el correcto era un poco más mayor.-
Casi, tengo 25 años~ ¿Y usted señorito? No me haga adivinar ¡No podría! Tiene muchas cicatrices de su trabajo, y podría confundirme con facilidad.
No te preocupes por eso, lo entiendo. No hay muchos healers por acá como para que se tomen un momento para relajarse. Pero mirale el lado positivo, aprovecha esta noche para hacer lo que quieras. Mañana será otro día, ¿No?
-Expuso sus palabras en forma divertida sin quitar su mirada del ajeno para verle de arriba hacia abajo, tratando de detectar su edad con sus facciones.- Digo que tienes... ¡23!
— ¡Oh! es verdad... es que surgieron problemas, un healer casi siempre está de aquí para allá, no tenemos un horario fijo de trabajo. Podemos estar un tiempo sin nada que hacer, u de un lado para el otro curando muchas personas. —
-El moreno se cubrió un poco su pecho antes de salir con Rho'n, hacía algo de frío.
-Alzó su mirada bi-color para ver a su compañero y ladeando su cabeza sutilmente volvió a sonreír amable.- Claro que no. Vamos, de paso aprovechamos para cenar juntos, me la debes del otro día eh~
-Comenzó a caminar con sus manos dentro de los grandes bolsillos de su enterito blanco a medida que observaba de reojo al contrario, sin ninguna sospecha de que este estuviese mintiendo.- Y dime... ¿Qué edad tienes?
-Estaba totalmente entretenido observando los detalles del báculo. Su fisonomía, el peso, el color, el tallado de la madera y su durabilidad. Estaba seguro que pertenecía a un viejo tesoro y eso es lo que más le emocionaba.- Vaya, tu sacerdote te dio algo bellisimo. Suertudo.
- Sin exponer mucho más al respecto y con una amplia sonrisa alegre, le entregó nuevamente su arma.- Cuando quieras podemos ir a mi taller para mostrarte mis creaciones.
¿Sí? Pues debería testearlos para ver si son lo que realmente busco~
-El moreno pasó saliva, ahí estaban de nuevo esas preguntas incómodas que amenazaban en descubrir su "identidad" . Desvió la mirada a otro lado, como si estuviera buscando algo, pero en realidad esta ideando una mentira. Sabía que si le veía la cara sospecharía algo, por eso simulaba aquello.-
— Oh... fue un regalo de "graduación" si se podría decir, de el sacerdote que me enseño todo lo que sé, le agradaba mucho — Dijo simulando que le restaba interés al o que le decía, como si lo dijera todos los días.
