— ¿Eden, eh? Eso suena interesante, nunca había oído hablar de un lugar con dicho nombre. Me parece que tus respuestas han sido bastante directas, pero... no del todo honestas. — Al decir eso último, la joven mujer lanzo una mirada tenuemente hostil. — Una persona que llega hasta aquí, es imposible que llegue por mera casualidad, en especial con dudas tan especificas como conceptos elementales. —
En ese instante, la situación parecía formarse ligeramente tensa. Kafka guardo silencio un par de minutos, generando así un ambiente un tanto incómodo entre ambos. No obstante, dicho escenario no duraría demasiado, pues Kafka se encargo de cortarlo abruptamente con una sonrisa irónica dirigida a Soujiro.
— Aun así, me considero alguien sumamente benevolente. Así que te daré una segunda oportunidad. Dime, Soujiro, ¿cuál es el verdadero motivo de tu viaje? —