« Back to Album · Next »
Newest First | Oldest First
K1577615 · F
—Supongo que la pregunta que viene tras esa es: ¿Quién carajos eres? —su mirada divagó por un segundo y sonrió levemente de lado al tratar de imitar su modo de hablar. Khione no solía usar aquellas palabras, hasta para ella fue extraño escucharse decirlas— Verás, Aleksandr, por mucho tiempo has sido objeto de extrañeza para mí y es que, en todos mis años de existencia, he visto a muy pocos como tú —la albina cruzó sus manos por sobre su vientre y ladeó levemente la cabeza, devolviendo así su atención hasta él—. Y siendo una Diosa, eso es un halago, creeme.
Pudo haber soltado todo un discurso sobre sus objetivos, sobre el motivo por el que lo quería y lo que ella significaba para la humanidad; pero decidió racionar la información. El tiempo apremiaba, sin embargo, si algo había aprendido al observarlo era que debía ser astuta… Por alguna razón ni todos sus eones de experiencia lo hacían predecible a sus ojos.
Pudo haber soltado todo un discurso sobre sus objetivos, sobre el motivo por el que lo quería y lo que ella significaba para la humanidad; pero decidió racionar la información. El tiempo apremiaba, sin embargo, si algo había aprendido al observarlo era que debía ser astuta… Por alguna razón ni todos sus eones de experiencia lo hacían predecible a sus ojos.
K1577615 · F
Lo observó con suma atención, como si nunca hubiese visto a un terrano despertar tras una larga siesta; y le pareció curioso su proceso de observación, e incluso el modo en el que se refirió a ella, con ese tono molesto, con esas palabras altisonantes...
—Estás en mis aposentos —respondió y estiró las piernas a un lado de él para sentarse bien en el lecho. Sus muslos aún permanecían tibios merced a la calidez que él le había transmitido mientras estuvo dormido sobre estos—; es decir, en el mundo onírico entre la vigilia y la lucidez.
Decidió que lo mejor era no tocarlo, ni siquiera intentar acercarse de más a él, pues ella misma despreciaba el contacto físico tanto o más como la debilidad humana.
—Estás en mis aposentos —respondió y estiró las piernas a un lado de él para sentarse bien en el lecho. Sus muslos aún permanecían tibios merced a la calidez que él le había transmitido mientras estuvo dormido sobre estos—; es decir, en el mundo onírico entre la vigilia y la lucidez.
Decidió que lo mejor era no tocarlo, ni siquiera intentar acercarse de más a él, pues ella misma despreciaba el contacto físico tanto o más como la debilidad humana.
As1526751 · M
[code]¿Una mujer? Lo parecía, sí, pero el aroma que desprendía era distinto. Apestaba. Ese perfume, ¿ya lo había percibido antes? Lo desconocía, pero su mente aclamaba esa fragancia como algo recurrente.
Seguía confundido. Sus recuerdos parecían fragmentados... Vaya mierda.
De momento, ignoró a la fémina y se levantó con cuidado. Se acomodó sobre la blanda superficie, misma que no tardó en apreciar y comprender que era una cama. La mirada, su mirada, se centró en el entorno. Todo brillaba con una intensidad que le recordaba a sus momentos de resaca... Le harían un favor si bajaran todo ese puto brillo. Quizá, así podría concentrarse mejor.
¿Y bien? ¿Dónde carajos estoy? –inquirió con cierta molestia, claro que lo estaba. ¿Quién no lo estaría en su posición? Pero lo diferente fue adoptar una tranquilidad inusual.
No expresó temor, ni preocupación, únicamente su enfado.[/code]
Seguía confundido. Sus recuerdos parecían fragmentados... Vaya mierda.
De momento, ignoró a la fémina y se levantó con cuidado. Se acomodó sobre la blanda superficie, misma que no tardó en apreciar y comprender que era una cama. La mirada, su mirada, se centró en el entorno. Todo brillaba con una intensidad que le recordaba a sus momentos de resaca... Le harían un favor si bajaran todo ese puto brillo. Quizá, así podría concentrarse mejor.
¿Y bien? ¿Dónde carajos estoy? –inquirió con cierta molestia, claro que lo estaba. ¿Quién no lo estaría en su posición? Pero lo diferente fue adoptar una tranquilidad inusual.
No expresó temor, ni preocupación, únicamente su enfado.[/code]
As1526751 · M
[code]El cuerpo se sentía entumido. Yacía consciente, pero a la vez su mente divagaba por un mar de oscuridad. Era una sensación que había sentido en el pasado, pero, a la vez, era diferente: todo era jodidamente extraño. Posiblemente, era esa melódica voz que lo atraía con un magnetismo indescriptible.
¿Qué carajos quería? Ahí notó, esa nauseabunda sensación de ir a favor de la marea: como un pequeño pez sobre el infinito mar. Y tan pronto como se asqueó, un cálido tacto quebró el sentimiento para dar pie a su despertar.
Los orbes se mostraron de golpe, como si aquella acción se estuviera conteniendo y rompiera con la fuerza de su deseo por abrir los ojos. Por ello mismo, un fulgor rojizo se emitió por segundos para desaparecer en la iris grisácea que no tardó en reflejar una silueta.[/code]
¿Qué carajos quería? Ahí notó, esa nauseabunda sensación de ir a favor de la marea: como un pequeño pez sobre el infinito mar. Y tan pronto como se asqueó, un cálido tacto quebró el sentimiento para dar pie a su despertar.
Los orbes se mostraron de golpe, como si aquella acción se estuviera conteniendo y rompiera con la fuerza de su deseo por abrir los ojos. Por ello mismo, un fulgor rojizo se emitió por segundos para desaparecer en la iris grisácea que no tardó en reflejar una silueta.[/code]
K1577615 · F
Unos meses atrás, cuando creyó que él había llegado al epítome del desbarajuste, lo observó flaquear en cierto sentido... Calmarse. Por suerte no tardó mucho en volver a su verdadera naturaleza. En ser perfecto.
Khione sonrió con la emoción apenas contenida y dirigió su índice a la frente de Vermillion para permitirle recuperar la consciencia de a poco con un solo toque; ya no podía permitirle seguir durmiendo. El tiempo apremiaba en el mundo onírico al que lo había llevado.
Y tenían mucho de que hablar.
Khione sonrió con la emoción apenas contenida y dirigió su índice a la frente de Vermillion para permitirle recuperar la consciencia de a poco con un solo toque; ya no podía permitirle seguir durmiendo. El tiempo apremiaba en el mundo onírico al que lo había llevado.
Y tenían mucho de que hablar.
K1577615 · F
"Александр, проснись"
Una voz suave y melodiosa se escuchó como un eco en lo que parecía ser una habitación enorme y ostentosa. Sobre la cama se extendía una sábana de seda blanca e impoluta que bien podría haber pasado por una nube esponjosa, si no fuese por las dos personas que yacían sobre ella.
"Александр, проснись"
Sentada justo en medio del lecho se encontraba Khione, la Diosa que buscaba esparcir el amor y el caos por igual en aras de obtener la perfección; y recostado sobre sus muslos dormía aquel al que había estado vigilando desde hacía ya mucho tiempo atrás: Chernabog, quien no era un humano común y corriente, quien se regía por reglas personales, por una moral diferente y caótica.
"Проснуться"
La diestra de la Diosa comenzó a descender lentamente hasta alcanzarle el rostro y dejarle tenues caricias en el cabello. Ese encuentro estaba predestinado y ciertamente había sido muy esperado por ella, pero las condiciones no habían sido las óptimas.
Una voz suave y melodiosa se escuchó como un eco en lo que parecía ser una habitación enorme y ostentosa. Sobre la cama se extendía una sábana de seda blanca e impoluta que bien podría haber pasado por una nube esponjosa, si no fuese por las dos personas que yacían sobre ella.
"Александр, проснись"
Sentada justo en medio del lecho se encontraba Khione, la Diosa que buscaba esparcir el amor y el caos por igual en aras de obtener la perfección; y recostado sobre sus muslos dormía aquel al que había estado vigilando desde hacía ya mucho tiempo atrás: Chernabog, quien no era un humano común y corriente, quien se regía por reglas personales, por una moral diferente y caótica.
"Проснуться"
La diestra de la Diosa comenzó a descender lentamente hasta alcanzarle el rostro y dejarle tenues caricias en el cabello. Ese encuentro estaba predestinado y ciertamente había sido muy esperado por ella, pero las condiciones no habían sido las óptimas.
Add a comment...