[center]Cuando el Izanagi dio un pie al Byakuren, decidió abandonar los tormentos del pasado y vestirse de redención. Sería sólo el inicio de muchas travesías futuras, donde la capacidad de volverse más fuerte no sólo se sitúa al luchar con enemigos fuertes, sino, defendiendo a quienes encaminarán a las naciones: a la humanidad, con la fuerza de todos los seres vivos.
Con blanco pergamino y suave escritura, procedió con sus propias palabras, el plasmar de su código de capitán, que día y noche, se grabarán en los cimientos del escuadrón del tercer ojo, que para abrirlo, se debe aprender usar los otros dos.[/center]
[i]“Mansa rectitud, escriben los cerezos, en su blancura.”[/i] — Gi.
[i]“En crueles tiempos, el valor resplandece, tal luciérnaga”[/i] — Yu.
[i]“Cuidar del frágil, en la misericordia daré escudo.”[/i] — Jin.
[i]“En actuar noble, y llana cortesía, somos forjados”[/i] — Rei.
[i]“Mi hablar firma, ante lo verdadero y lo cumplido.” [/i]— Makoto.
[i]“Como laguna, reflejaré mi honor, en nenúfares.”[/i] — Meiyo
[i]“Al loto blanco, con tinta de los pueblos juro lealtad.”[/i] — Chuugi.
