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﹥Kᴀʟᴇᴅ / Tʜʀᴇᴇ ғᴀᴄᴇs ғᴏx

Había pasado aproximadamente una semana desde que había llegado ahí. Todo el camino hasta ese lugar había sido en completo silencio junto a quien actualmente era su cuidador: Kaled, quien estaba a cargo de asegurarla y mantenerla lejos de cualquier peligro o situación que atentara contra su vida luego del caótico encuentro que había tenido con Jules, en el cual estuvo a punto de perecer.
No entendía del todo porqué debía permanecer aislada de todo, en ese Templo tan lejano a todo y cercano a su vez, cercano a nada. {...}
 
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Como mercenario, no era raro que hiciera todo tipo de trabajos, mientras le pagaran, para Kaled daba igual de que se tratase, sin embargo había algo que no le gustaba del todo hacer y que por suerte pocas veces le había tocado: hacer de cuidador o guardaespaldas para alguien, la convivencia constante con una persona le era en si bastante difícil de tolerar y ni que decir que la persona a la que cuidase le tuviera la paciencia suficiente como para no ganarse una buena mordida por parte del zorro, si no es que algo peor. Más para aquella contratación su suerte estaba ausente, pues precisamente alguien le había contratado para cuidar a una joven de lo más extraña, al menos a la vista del complicado albino, no era mucho de preguntar sobre sus “objetivos” más allá de lo que necesitase saber, todo lo demás le daba tan igual que apenas si se había dignado a decirle su nombre a la chica que vigilaría y ni siquiera se tomó la molestia de preguntarle el suyo. {...}
 
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