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Manahasraddhya · 22-25, M
[...] alineadas con ambas muñecas con su mesogastrio,

Cuando caminaba junto a mis hermanas estas solían aferrarse a mis ropas, de forma muy delicada —la conocía, aclaró antes de que se le ocurriera hacer otra estupidez— ¿Quieres intentarlo?

Es raro de su parte que fuese tan cándido, pero lo hizo con un motivo en particular, una idea que amenazó con ser arrastrada por el caudal del arroyo él rescató, quería aprovechar ese momento a solas para poder hablar y ahondar en esos asuntos que el prudente Khalil prefiere al resto ocultar; muchas cosas ignora y ella le dio un pie para poder indagar, conocerla mejor, saber con exactitud que clase de potencial ella posee y como este puede usarse para el bien.

¿Aceptaría su invitación? Con su mirada la buscó, trató de que no fuera tan gélida como siempre, por supuesto que falló, pero al menos no exhibió superficial enfado.
Manahasraddhya · 22-25, M
[...] demostrar momentos de serenidad. No va a negar que muchas veces se inclina a pensar en que ella es lo suficientemente corta como para únicamente moverse entre esos espectros, ignorando cualquier diálogo anterior, mas rememoró algo que ella dijo cuando cercana al riachuelo se mantuvo, eso fue la cuna de un pensamiento, irrumpido por su estridente voz.

No lo hará, él sabe que estas conmigo, confía en que te cuidaré incluso anteponiendo mi vida —comenzó a avanzar con cierta celeridad para poder alcanzarla, no era precisamente de su gusto, pero buscaría caminar a su lado—. Siempre estaremos juntos.

Lógicas fueras sus palabras, distaban de tratarse una promesa o un juramento de amistad, se trataba del compromiso en su estado más bruto. La mirada tendría delante en absoluta indolencia, como siempre es; sabiendo que el camino era largo él acercó ambas manos para que estas se acobijen dentro de las mangas pertenecientes a sus holgadas prendas orient
Manahasraddhya · 22-25, M
En todo momento su mirada la siguió, desde que terminó por hidratar su precioso rostros hasta cuando pasó por su lado, teniendo su cuerpo que acompañar con la demanda de sus azulinos ojos, la vigilancia a pecho se la tomó, pues era su responsabilidad procurar que no solo llegue sana a la fortaleza, sino que en el camino no ocurriese nada extraordinario: una tarde aburrida, un arrebol tedioso donde no hubiese absolutamente nada extraño, como cualquier tarde que podrían compartir un muchacho con su hermana pequeña, ¿era tanto pedir?

Pasó de largo muchos de sus comentarios, no le iba a explicar precisamente a ella porqué le molestaba el frescor crepuscular o el motivo por el cual no quería mojar las únicas prendas que tiene, además de aquél conjunto polar que de momento solo una vez tuvo que portar.

Pero que esto no implique que por completo la ignora, al contrario, en su silencio grabó la totalidad de sus gestos, como poseía la facilidad de mostrarse jubilosa, para luego [...]
K1536000 · F
[code]más seguro para poder salir al sendero que abría camino de vuelta a lo que superficialmente podría llamar "Hogar" Aquel refugio ofrecido por Khalil en un arrebato del destino que les unió.

¿Volvemos juntos? —se detuvo en su andar, ese de pasos gráciles. Le miraba desde su lugar, alzando un tanto las cejas hasta liberar una suave risilla que sería amainada con el candor de su voz titubeando de pronto al descender la mirada a un punto disperso, y así, acomodarse un mechón de cabello tras la oreja— Prometo ir en paz y no hacer un desastre. —dijo a manera de juramento. Si él le estaba vigilando ¿qué sentido tenía ya escabullirse si ambos debían retornar?— Es tarde... Seguro que Khalil me regañará. —sacó la lengua en medio de una sonrisa que pretendía crear un lazo de complicidad.

Así, echó a andar al frente, si avanzaba sin distracciones y a paso continuo, seguro llegaría rápido. [/code]
K1536000 · F
[code]desprendiera de ella al pender de su mentón, escabulléndose en sus largos cabellos también. Le era gratificante, cada cosa por mínima que fuera era un recordatorio latente de su existencia, de su estadía en ese mundo aún tan desconocido y tan increíble en su haber.
Terra le fascinaba por su gran variedad, por sus impredecibles lugares y habitantes. Nunca le era suficiente para saciar su curiosidad; no obstante, ante presencias como la de Manahasraddhya es que lograba hallar un vestigio de calma, el sosiego necesario como para al menos no desatar un caos.

Fregó su rostro y se puso en pie, dirigiendo su mirar antes dorado al cazador, mostrándole una sonrisa sutil al encoger un poco los hombros— Sólo es agua. —dijo con simpleza, y pronto guió sus pasos en dirección a él, ya sin la determinación de huir o escapar de él, de hecho, se posó a su costado con cierta distancia de por medio al escalar por la cuesta de tierra y piedras, sorteando el camino {...} [/code]
K1536000 · F
[code]Aquella lluvia de agua trajo consigo no sólo la humedad en su ropa y cabello, sino renovada emoción, un genuino rastro de alegría inherente a su carácter. Sonreía con ambas manos extendidas por las gotitas que habían caído, riendo como quien vive lejana y dispersa de una realidad aplastante, de un destino fatal que corría tras ella. Incluso rió más con la advertencia, no por sobrada confianza, sino porque lo hallaba incluso tierno ¿qué tan letal podría ser un simple rocío de agua habiendo cosas peores?... Khadrah inspiró con profundidad, pasándose las manos por el cabello para alinearlo y hacer que las gotitas de agua se fundieran de lleno en sus hebras, dándole un aspecto húmedo en ciertas zonas, nada que le molestase en absoluto.

Ahí, bajo el umbral de la noche es que se agachó nuevamente para tomar agua en sus manos, llevándola a su rostro para enjuagarlo, hallándolo refrescante y grato, incluso suspiró a ojos cerrados, dejando que el agua se {...} [/code]
Manahasraddhya · 22-25, M
[...] Probablemente no lo haría, todo dependía de cuánto ella perjudique su paciencia. Para prevenir cualquier travesura, él rápidamente retrocedió los suficientes pasos como para quedar lejano a aquel riachuelo, dejaría que sus manos se relajen, a los costados de su cuerpo las dejaría, así es como a ella la vigilaría y quizá respondería si es que tenía algo importante por decir, él por supuesto que tenía sus interrogantes, pero creyó que no era el momento adecuado para hacerlas, un poco de paciencia.
Manahasraddhya · 22-25, M
[...] Hebras que caen por su frente. El cielo lloró con artificial escasez, pero eso fue suficiente para que una cortina devorara su fría mirada y para que esa repugnancia se tornara en un silencio más complejo que el auditivo, empuñó ambas manos, partiendo en el proceso la rama que de la naturaleza había tomado, pretendía devolverla pues su destino era ser acarreada por el ínfimo caudal. Suspiró , acomodó con la diestra aquellos molestos mechones y finalmente esa gélida mirada suya se manifestó sobre ella, se cuestionó la necesidad de ello y también resaltó que ahora sentiría un poco más de frío en el camino de vuelta, sus prendas apenas mojadas trasmitían con malicia el frescor de las brisas crepusculares, esas que muy cerca eran—. No lo vuelvas a hacer, si quieres chapotear hazlo sin que me toque una gota —tajante le advirtió, dejó más que claro que no estaba para broma, pero algo en su mente se guardó: «Si lo haces de nuevo te patearé al agua.» [...]
Manahasraddhya · 22-25, M
Por primera vez se cuestionó, ¿qué tan profundo se había adentrado en su ahora carmín mirada? Tal vez esas sonrisas tan desmesuradas y esa torpeza en su engorroso hablar más de un secreto ocultan, ¿tal vez loca estaba? No, podía descartar eso último, lo que recién percibió distaba mucho de ser la expresión de un demente. Hubiese indagado e incluso se hubiese atrevido a preguntar, en pleno arrebol las confesiones suelen escapar con más facilidad, pero algo desquebrajó su intención, un gesto que le obligó a ladear la cabeza, totalmente confuso quedó— ¿Eh? —entonces ella escupió y volvió a ser de nuevo aquella criatura que ponía a prueba su paciencia, el mensaje en realidad no le molestó, él pensaba que lo veía de esa manera, ¿pero hacía falta ser tan entusiasta? — ¡Eh! —una queja acompañada con un fruncir desconcertado por de suya; sus labios, sus cejas, todo lo que compone la expresión mostró genuino descontento, uno que sería finalmente silenciado tras las
Manahasraddhya · 22-25, M
Con una mirada de soslayo la encontró sacudiéndose el vestido, permitiéndole presenciar algo que escapó de su imaginación. Por unos efímeros instantes dejó de ser una niña atolondrada que necesitaba de moverse y de hablar incoherencias para seguir viviendo, como si realmente se alimentara de ello; lo que sus ojos nebulosos lograron captar fue a una muchacha que aparentaba un poco más que sus edad, ¿un par de años quizá? No lo podía determinar, pero tal opinión nace de la parsimonia que proyectaba su expresión, incluso su voz logró endulzarse, perder ese tono especialmente agudo, por no decir que a veces insoportable, ¿así era como su corazón se expresaba? El espadachín se permitió sorprenderse, sus labios se separaron y con la curiosidad plasma en su semblante la examinó con especial cuidado; buenas intenciones, un anhelo profundo, una esencia que se inclina a aquello que los de su estirpe consideran "bello": «¿Será posible que ocultes algo tras tanta efusividad?» [...]

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