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Después del origen de la creación, la única materia primigenia que existía eran los simples átomos de hidrógeno, materia que dio lugar a las estrellas. Primero fueron las estrellas, sus explosiones, y luego esa materia pesada, esos metales que se condensaron en polvo de estrellas: El creador de los planetas hasta ahora conocidos y por conocer, entre ellos, Terra y Phyron.

Phyron fue dotado no sólo del milagro de la vida, sino de seres superiores a los terranos, impolutos en su aura y creación a partir del flujo de la vida y las estrellas. Eventualmente descubrieron que había vida en otros planetas, siendo Terra el que gozaba de algo diferente al resto, pues era un punto clave en la evolución de las especies, pero también, un vertedero de energías y seres de otra naturaleza, un lugar corrupto que fue mancillado por la codicia de sus habitantes, vulnerables a la ambición y el poder, siendo ellos mismos sus propios aniquiladores, en silencio, lentamente.

El origen de los Dioses no demoró en llegar, cada regente en su mundo se erigió como máxima autoridad en sus dominios y para Phyron llegó no sólo una Diosa o Soberana, sino una Madre.
Niphix, la Diosa que ofreció su vida a cambio de mantener a Phyron lejano al conocimiento de cualquier otro ser; se dice que ahogada en llanto por el dolor de ver al resto de mundos mancillados, suplicó al resto de Dioses por sus hijos y a cambio su sangre rindió en tributo, nutriendo la tierra junto a sus lágrimas.
Los Dioses tuvieron misericordia y aceptaron su sacrificio, manteniendo a Phyron totalmente oculto a costa de barreras de energía capaces de volver invisible, impalpable.

En aquel lugar donde Niphix dejó su vida se erigió un templo, el máximo representante de Phyron, lugar donde se resguardaron las reliquias del origen, entre ellas una empuñadura de un material tan liviano como resistente, indestructible pues estaba forjado en polvo de estrellas, siendo ésta una llave para salir de Phyron a través de portales creados por la energía que ésta es capaz de absorber, alojar y liberar.
Para ellos existe una ley máxima, y es jamás abandonar su mundo, ya que ésto supondría alta traición a su madre.

Nadie sabe lo que podrían sufrir al salir de su mundo, ni siquiera los libros más antiguos de Phyron hablan de ello, no hay más que mitos y creencias nunca comprobadas; podrían ser un gran aliado, o bien, un gran enemigo para el mundo Terrano.

[med]Historia:[/med]


[med]Perfil psicológico: [/med]


[med]Apariencia:[/med]

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