JxLsC

[i]Tamborileó los dedos de la mano contra su estómago mientras meditaba seriamente sobre la oferta de la chica. No sabía hasta qué punto era una buena idea aceptar la invitación o no. ¿Qué le garantizaba que ella de verdad planeaba llevarlo solo a comer, en vez de involucrarlo en alguna de sus locuras? ¿Y por qué debería de creer que ella tendría espontáneamente un gesto bueno hacia él? Aunque una cosa era cierta: dejando de lado su desconfianza, hasta el momento ella nunca le había mentido de esa manera. Tal vez, solo tal vez, podía darle un voto de confianza.

Eso, y que él tenía hambre.[/i]

[b][c=#2D5680]— Está bien, pero SOLO a tu guarida, nada de ir luego a Piltover a causar líos, o a cualquier otro lugar.[/c][/b] [i]— Aclaró de manera tajante, sin dar lugar a negociaciones. E incluso, para darle énfasis a sus palabras, empleó la mano libre en señalarla con severidad, entretanto buscaba con la mirada los ojos de ella. —[/i] [b][c=#2D5680]Te daré un voto de confianza. Guía tú, ya que no tengo ni la más remota idea de dónde podría ser que preparaste tu refugio.[/c][/b]

[i]Solo sería comer e irse; se repetía eso una y otra vez en su mente para no olvidarlo. De todos modos, tenía el mal presentimiento de que estaba haciendo un pacto con el diablo, y de que el llegar a sentirse en gratitud con ella por la comida tendría como consecuencia que ella le consiguiese arrastrar eventualmentea sus demás locuras. Y, mientras aguardaba a que su interlocutora contestara, no pudo evitar mirarle el labio inferior en cuanto realizó aquel gesto.

El chico debía admitir que aquella demente tenía gestos que la hacían ver más bonita que de costumbre.[/i]

[c=#2D5680][b]— Que odie a Piltover no significa que justifique matanzas y atentados. Actitudes así no nos hacen distintos de Twitch, de Viktor o de Singed. No nos hacen diferentes de quienes han hecho que Zaun sea considerada lo que es hoy en día. La mejor venganza contra Piltover es ser mejores que ellos.[/b][/c] [i]— Cierto, quizá él mismo había realizado actos vandálicos contra Piltover, como lo había sido el arrancar una de las agujas de su amado reloj, pero aquello no eran más que jugarretas en contra de la ciudad en sí misma, sin alterar significativamente la vida de alguien, o agraviarles de algún modo.

Escucharla hablar, incluso cuando ya le estaba dando la espalda, le hizo negar con la cabeza. ¿En qué habría fallado él para que la muchacha se convirtiera en lo que se convirtió? ¿Quizá él pudo haber hecho algo para evitar que la vida de su compañera hubiese tomado una ruta distinta? Jamás lo sabría. Era frustrante rumiar esa idea una y otra vez.

Un sonido interrumpió inapropiadamente el hilo de sus pensamientos; uno que hizo eco en esos callejones malolientes de la ciudad: era su estómago rugiendo, exigiendo atención y reclamando algo de alimento. Era verdad, ese día ni había llegado a almorzar algo, y lo único que le había ofrecido a sus tripas había sido un trozo medio mohoso de pan. Mejor que nada, a decir verdad, y mucho más que lo que habían comido otros tantos niños de por esos lares.

Se llevó la mano izquierda al estómago intentando mantener un semblante serio, a pesar de que seguramente aquello lo ridiculizó delante de su interlocutora. —[/i] [b][c=#2D5680]Allá tú si quieres quedarte a ver qué destrozo haces esta noche. En lo que a mí respecta, iré a buscar algo para comer.[/c][/b]

[b][c=#2D5680]— ¡Tch! [/c][/b][i]—Ya era un hecho, no se la iba a sacar de encima por un tiempo. Mínimo, por lo que restaba de la noche. ¿Lo peor de todo? Tanta cercanía lo ponía nervioso; demasiado. Era, después de todo, un muchacho joven, y uno que al vivir en las calles poca o ninguna experiencia tenía con chicas. A lo sumo alguna muchacha en la misma precaria situación que él que se habrá conseguido esporádicamente en las calles de Zaun. Tener a una restregándosele de esa forma era... bueno, fuera de lo común.

Por fin dio un suspiro de alivio cuando ella se le separó para ubicársele delante. Se llevó la mano izquierda hasta el cabello y se peinó éste; o, por lo menos, hizo que estuviera menos despeinado. —[/i] [b][c=#2D5680]Sabes que lo mío no son las masacres. Le dejo eso a las ratas de alcantarillas de Zaun que con sus crímenes manchan la reputación de toda la ciudad. Yo estoy más ocupado sobreviviendo, y ayudando a los que son como yo a sobrevivir también. Igual que lo hacías tú antes de que perdieras algunas tuercas. [/c][/b][i]— Esas últimas palabras las gruñó con amargura, y tras realizar un segundo suspiro, aunque éste de resignación, se dio la media vuelta y empezó a caminar por la inmunda calle, incluso cuando eso implicaba darle la espalda a la chica. Esa breve plática, para su desgracia, le había hecho recordar viejas épocas. Épocas mejores.[/i]

[i]Otro suspiro, y en esta ocasión uno más prolongado que surgió al sentirla enganchada de su brazo. Iba a ser una noche larga, lo podía anticipar. Para él, cruzarse con la oriunda de Zaun era como conseguirse a un perro callejero en algún callejón, no le dejaría en paz hasta que le arrojase un hueso o una croqueta. La única diferencia es que con ella no existía qué elemento vendría siendo el que la dejara satisfecha para que lo dejase en libertad.[/i]

[b][c=#2D5680]— Claro que te extrañé. Cada día que te veo es inolvidable. Como esa vez que por tenerte cerca pensaron que fui cómplice de la destrucción que causaste en Piltover. O cuando un uno de los tantos matones de Zaun pensó que fui yo el que le arrojó una bomba de olor a la casa solo porque justo el día antes habíamos tenido problemas.[/c][/b]

[i]Oh, sí. Se podía pasar la noche entera haciendo una lista de todos los problemas en los que se había visto involucrado por culpa de la muchacha. Y eso sin mencionar la pequeña punzada de nostalgia que se hacía presente en cada ocasión que platicaban, y en las que inevitablemente recordaba la dichosa época en la que no estaba tan desquiciada.[/i]

[i]El chico rodó los ojos al escuchar aquella voz que le resultaba por demás familiar. Un pequeño y discreto suspiro, quizá de resignación, quizá de anticipada frustración, escapó de su boca mientras volteaba a ver a la muchacha. A alguien que conocía de bastante tiempo atrás.[/i]

[c=#2D5680]— Así que de nuevo abrieron las puertas del manicomio.[/c]