**Decía el azabache excitado, sus orbes se llenaban de destellos mientras sus puños contraían su emoción, observando a la peliazul con mucho entusiasmo.**
**Asintió con alegría y una gran sonrisa en sus labios se dibujo hacía la fémina de agua. Después de unos segundos "casco" lo que la mujer insinúo y no pudo evitar llenarse de emoción además de entusiasmo.**
{ Una vez más la noche, de nuevo la oscuridad. Sólo otro paseo. Más que cualquier otra cosa buscaba la perla de Sosuke. Por supuesto que no se le permitió estar afuera sin Sosuke, pero ¿qué importaba? Odiaba el hecho de que él fue quien perdió la perla de Sosuke debido a Ao. Él había estado buscando a Ao desde su último encuentro con él y Tamazusa. Ese día Ao desapareció con la perla de Sosuke de nuevo y Tamazusa nunca se supo de ella.
Ahora él mantuvo sus pies sobre la carretera de asfalto. No había nadie en la calle, ya que era muy tarde, y que no esperaba ningún pueblo, no le importaría reunirse al menos con una persona aquí. ¿Por qué salió sin Sosuke? Ahora que pensaba en ello, si Sosuke se enteraría de que estaba solo en la noche, sería problemático. Porque si lo haría, sería regañado por Sosuke. Eso era algo que no quería. Sosuke, él es muy estricto sobre su seguridad y tiende a ser el tranquilo y compuesto con el comportamiento impetuoso y compulsivo de Shino.
Ahora, con ese pensamiento en la cabeza se sintió muy preocupado. Pero, aún así, no podía renunciar a la búsqueda de la perla, porque la presencia de Ao parecía estar cerca por eso salió a buscarlo. Esta vez Ao no escaparía de él. Consiguió echar un vistazo a una persona. Parecía que era una persona vagando por la calle. No había nadie, y Shino podía distinguir cada paso de esa extraña persona. Una persona que Shino y Murasame, un cuervo, pensaron que podría ser Ao llevándolos a una trampa. Una trampa en la que fácilmente se podría leer. No podía evitar mantener un ojo sobre esa persona. Bajó la cabeza caminando adelante, justo en la misma dirección de la persona. Hacer esto era un poco extraño en él, que le hacía parecer un acosador, pero no pudo evitarlo, ya que estamos hablando de Ao. Ahora, a pocos centímetros de distancia, la persona parecía casi asustada cuando él se acercó. Cuando Shino notó que no era Ao, se sintió avergonzado, realmente se sentía como un acosador.
—Lo siento, pensé que eras otra persona.— - Respondió el menor, ¿Pero quien era él?.. Este pequeño chico es un joven de 18 años que es el titular de la perla de 'Devoción'. Uno de los tres sobrevivientes de la destrucción de Ōtsuka Village. Sostiene Murasame la espada viviente en su brazo derecho, junto con una marca de nacimiento peonía. A causa de una maldición establecido por albergar Murasame en su cuerpo, él todavía se ve como un niño de 13 años de edad. Su aspecto era un poco afeminado, lleva un abrigo largo de color rojo y blanco con la insignia de la iglesia en la espalda. }
*Entre las calles de Japón, caminaba con tranquilidad un samurái de cortas cabelleras, portando una espada como única arma, llevando un traje de color marrón oscuro descubierto un poco en el pecho. El samurái formaba parte del primer escuadrón y se encontraba en sus rondas dada por la orden de Hijikata, algo que le desagradaba porque le gustaba hacerlo enojar.
Recordó dicho acontecimiento, lo que no pudo dejar de sonreír, una sonrisa característica de sarcasmo y sadismo que era típico de él. Ya poniéndose en marcha y olvidándose de lo que había sucedido horas antes, miraba en los alrededores buscando algo, quizás una pelea que diera riendas a sus ansias de matar, ya que era muy hábil con la katana o espada y eso quería darle entender al mundo sobre sus habilidades.
No terminaba de pensar en lo que se podría encontrar cuando a lo lejos puede ver a una dama caminando un poco perdida. Una sonrisa se dibujó en su rostro, ¡Vaya! Una nueva víctima, pensó cuando se dispuso a caminar en dirección hacia ella intentando dar una primera impresión de amabilidad, para luego poder burlarse de ella igual como lo hacía con la joven que vivía dentro del Shinsengumi llamada Chizuru. Aunque le veía un poco de parecido a ella, no quería quitarse la satisfacción que él podría sentir cuando empezara a molestarla.*
Hola, ¿te encuentras perdida?
*Dijo, intentando sonar lo más amable posible y sonriéndole como era su peculiaridad.*
