Volvió a suspirarle, con un obvio gusto a sus tratos. Imposible no sentirse tan agradada y atraída ante cada palabra que, las caricias por su parte habían regresado al instante.
Qué agradable estremecer causaba el aire de su pareja muy de cerca. Permaneció tan quieta como pudo, solo dejando más besos por esa zona donde el aroma de Meiko se percibía mucho mejor.
— Eso quiero. Quiero crear nuevos recuerdos contigo, todos los que podamos. ~
Una realidad, es claro que el trato único que le brindaba Juno en cada atención que brindaba era incomparable. Para Meiko, solo ese rostro era el que deseaba apreciar en ese tipo de escenas, en los momentos donde solo ellas podían intercambiar gestos que se guardan para sí mismas. Inhaló, y liberó un cálido suspiro al oído de la pelirrosa.
━ Entonces, sigamos haciendo muchas cosas, las dos.
— Lo sé. Por esa razón los uso cuando estoy contigo...~
También era momento de confesarse en lo que usaba la nariz para darle caricias a un lado del cuello, besando allí después. Juno no quería otras manos sobre su cuerpo que no sean esas, las mismas que ahora le tocaban. Empujó suave con su pecho una vez más, manteniendo su pierna así.
— Sí...Me conoces, sabes que me encanta todo contigo. Todo.
Un pequeño paso dio, no dudaría en unir ambos cuerpos cuando Juno se encontraba tan cerca suyo. Le regaló un cálido suspiro a su pareja que llegó en conjunto a ese tentador roce, no quiso agregar distancia entre sus rostros.
━ Admito que verte usar diferentes conjuntos de ropa me gusta bastante.
¿Para qué negárselo? Así como una mano se mantuvo contra el glúteo de la pelirrosa, la otra desciende para sostener entre caricias aquella pierna que yace alzada.
━ ¿Este juego obsceno? ¿El tomarte sin permiso? ¿Verme tan cerca? ... Yo extrañaba eso y más, todo...
Con su actitud coqueta se sujeta a Meiko por la nuca, entrelazando los dedos allí y sin dudarlo, acercó más su cuerpo a ella. Ahora que se sentía libre de ataduras, podía corresponder mejor ese juego seductor de su novia aunque un poco mas tímida y encantada al recibir esa mordida en su labio.
— Eres muy amable, mi bonita... Estás de buen humor luego de jugar a la fotógrafa.
Con suavidad acomoda una pierna entre las ajenas, moviendola así para crear una tentadora caricia.
Algo que no podía evadir, el propio actuar de Juno, vestuario, esa voz, la invitaban enteramente a un actuar de esa magnitud. El roce de unos labios adictivos trajo a Meiko un aumento de temperatura, y una risa maliciosa.
━ Tenía planificado tenerte amarrada todo este tiempo, sin embargo...
Apartó lentamente la mano que se encontraba a la altura del pecho, para ir por esas cuerdas que apresaban las muñecas ajenas. Un pequeño tirón deshace el amarre, mas al compás, una mordida al labio inferior de su pelirrosa.
Sin dudas Meiko estaba reclamando su cuerpo de una forma ruda, algo que Juno no detestaba. Amaba su descaro sin darlo a conocer, negando con la cabeza pero el evidente sonrojo en sus pómulos delataba a la pelirrosa.
— No tengo otra opción, estoy amarrada...
Acercó el rostro a esos labios que parecían asomar una sonrisita perversa. Rozaba su boca allí, hablando casi susurrante.
Ah, que complicado se le hacía resistir al impulso más bajo de su ser. Un toque más perverso fue, la mano que llevaba libre se desliza para viajar hacia uno de los glúteos, al que apretó con una genuina posesividad, y al seno que amasaba le aplicó un agarre más pronunciado, relamiéndose los labios.
Bajó las manos, ¿qué podía hacer? Si en cuanto ella apretaba su voluptuosa y suave parte, Juno quería un poco mas. Demandante silenciosa,apretó los brazos para que sus senos se mantuvieran juntos, incluso si Meiko le estaba tocando aún.
