El dúo de voces en el verso final fue alegría instantánea para Juno. Estaba riendo un poco nerviosa por el elogio directo y el tacto amable de Alex.
Le entregó la guitarra, estirando sus brazos arriba después con un suspiro de satisfacción.
— ¡Gracias, tú también! No querías, y las cosas resultaron divertidas. Pero ¿sabes qué? Adam afina mejor que tú. Deberíamos repetir alguna vez, para que lo superes.
Se inclinó golpeando su hombro contra el suyo acompañando esa amistosa broma.
Cantaron la canción completa, en la última parte Alex se fue levantando para sentarse en el borde de la ventana donde Juno estaba mientras cantaba el final.
Give your heart and soul to me And life will always be La vie en rose...
Estaba cerca de Juno, solo sonríe y ríe sutil, nunca imagino hacer eso con la pelirosada, en esa cercania vio un mechon suelto de la ajena, extendió su mano y sus dedos con delicadeza guardaron ese mechón detrás de la oreja de la cantante, aquellas yemas terminaron en una caricia sutil en la mejilla de la joven.
Un suspiro de asombro y encanto emergió en aquel rostro. La guitarra de Juno vuelve a entonar esa melodía, sus ojos se apegan a la imagen de Alex cantando.
— When you kiss me heaven sighs and though I close my eyes, I see la vie en rose...~
Cantaría con ella el resto de la canción; ya pensaba en presumirle a Adam lo que había hecho con su hermana; cantar una dulce canción.
Ríe vacilante, Alex sonríe negando suave desviando su mirada y con el valor de aquella timidez que tenía a diferencia de aquella chica que tanto amaba cantar, la voz de la azabache se escuchó.
— Hold me close and hold me fast The magic spell you cast This is la vie en rose (8) ~
No desafinaba y cantaba acordé a su timbre de voz, se iba a lo seguro, a sus graves femeninos para que Juno hiciera los más altos con su voz sutil. Traía esa sonrisa con vergüenza pero perdiendo ese miedo con la pelirosada.
Si se decepcionada un poco, lo muestra con una expresión de tristeza algo exagerada pero de todos modos, toca unos acordes para ambientar, acompañando el sonido de la lluvia fina al golpear la ventana.
— Entiendo, entiendo. Pero eres una buena crítica de mi música. Aunque no vas a cumplir mi deseo de un dúo...
Guiña un ojo, riéndose al observarla. Insistir no dañaba a nadie.
No pudo negarse ante su llamado, se afinco con ambas palmas en la mesa para levantarse e ir en dirección a la joven, tomo una silla y se sentó al contrario, sus pechos apoyados en el espaldar de la silla, sus piernas abiertas a los lados y sus antebrazos encima del cabezal mirando a Juno, dejo que la joven siguiese sentada en aquel borde que daba la ventana. Apoyo su menton en sus antebrazos teniendo su atención en la cantante.
— Lamento decepcionarte pero el galán del canto es Adam, no es mi terreno pero quizás puedo contemplarte nuevamente... Está vez, más de cerca
Sonríe posando su mirada en los orbes de ella con cierta sonrisita de labios cerrados.
— Sería una francesa que no dejaría de cantar sobre romance, todo un cliché.
A la pelirosa no le molesta la presencia de la detective. Por el contrario, se siente cómoda con ella. La llama con el índice, colocando nuevamente el instrumento acústico bien posicionado en las manos.
— Ya va a ceder, no te preocupes. Cantemos algo; Adam y yo lo hacemos todo el tiempo. ¿Eres tan buena como él?
— Te queda bonito el francés ¿Te imaginas que en otra vida fueras francesa? Sería increíble
Alex estaba sentada en otro extremo, en el escritorio de Juno exactamente, tomo un objeto de aquel escritorio curioseando, era una guitarra de juguete pequeña, tocaba con su índice las mini cuerdas.
— Lamento ser de intrusa en este momento, la lluvia aún no se detiene
Suelta el objeto mirando su reloj de muñeca apenada con Juno.
Dejó el cuerpo de la guitarra descansando sobre su regazo y sonrió ampliamente a Alex. Era agradable pasar el rato con ella; su personalidad tranquila le recordaba mucho a Adam.
— ¡Estoy de acuerdo! Te confieso que me costó tiempo saber pronunciar correctamente La vie on Rose. Tenía que estar en perfecto francés, o nada.
Le hacía compañía aquella chica en su casa mientras pasaba la lluvia, le asombraba cómo no le daba vergüenza cantar a quien fuese. Aplaudió suave con sus manos por aquella canción.
