—¿La cocina? —inquirió con una ceja alzada, era realmente extraño que Peter se atreviera a ir a algún sitio sin ellos; los Slytherin estaban en todos lados y no eran exactamente buenos con los Gryffindor, menos con ellos cuatro. —La próxima vez no vayas por tu cuenta Pete, hay que estar unidos. En fin, ¡seguro tiene sus narices metidas en el lago negro! ¡Vayamos!

-Logra zafarse de los brazos de su amigo, intentando peinarse pero fracasa en el intento- E-estaba en la cocina, co-comiendo un poco de pan. ¡Vamos por ese tonto!

—Pete, amigo —apenas lo ve llegar, le toma del cuello para obligarlo a bajar la cabeza y poder así despeinarle la cabellera —; ¿dónde te habías metido? ¡Quejicus nos espera para gastarle un par de bromas!

¡Potter! -corre hacia uno de sus mejores amigos, con dificultad para respirar-

-Se pregunta por qué Peter es una rata si es tan leal; Potter, no logrando interpretar señales desde nunca.-

-Lo espía desde lejos para pasarle la información a los mortífagos-