JsG1572550 is using SimilarWorlds.
Join SimilarWorlds today »
“You” Roleplay | No datos personales ni Off
About Me Notes
The Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This user is not accepting Whiteboard comments.
GB1573676 · 26-30, F
Beck ríe un tanto aliviada, al parecer él posee un buen sentido del humor, y eso le agrada. No es uno de esos peculiares vendedores que trata de deshacerse de sus clientes lo más rápido posible para proseguir con sus lecturas impúdicas. ¿O sí?

Cuando la llama, gira sobre sus talones y comienza a seguirle los pasos a no más allá de un par de estantes.

¿Autores célebres?—cuestiona un poco confundida—. Pensé que Paula Fox no era muy conocida—añadió, ladeando un poco la cabeza para repasar los títulos con su dedo índice—. ¿Qué tal Personajes desesperados? He oído de lo bueno que es, pero... sinceramente tengo un poco de miedo a que no llene mis expectativas.

Instantes después, ella toma la iniciativa. Se para sobre sus puntas y, alargando uno de sus brazos, alcanza a tomar uno de los libros en la parte alta del estante.

Si me lo recomiendas, temo que lo compraré inmediatamente—comentó con una sonrisita entre labios.
GB1573676 · 26-30, F
GB1573676 thinks you are Awesome.
GB1573676 · 26-30, F

[med]Capítulo 1
Primer encuentro[/med]

La campanilla tintinea y una figura femenina se hace presente en Mooney's. Ella camina entre los pasillos repletos de libros, agitando los brazaletes brillantes que lleva en una de sus manos. Su tacto se pasea por los lomos de los libros, yendo desde la ficción hasta la poesía. Pero no es eso lo que busca, no, Guinevere Beck se toma el tiempo para observar cada detalle del espacio: los estantes repletos de historias, las mesitas que exhiben uno que otro best seller, y por supuesto, aquellos retratos de autores célebres a los que posiblemente nadie más presta atención.

Beck se funde entre los tonos marrones y el aroma de su perfume se entremezcla con la lignina. La luz amarillenta le da al espacio un toque místico y es cuando recuerda por qué ama tanto las librerías.

Sin más rodeos, levanta la cabeza y busca entre las miradas alguna que le corresponda.

Sí, debe ser él, al fondo del pasillo, un hombre menudo de rostro delgado, casi en sus treintas y con ojos atentos que no puede pasar desapercibidos. Camina hacia él con cierta timidez, pero cuando su voz surge ya se ha armado completamente de valentía.

¿Paula Fox?—Cuestiona con soltura hasta que cae en cuenta de sus palabras y suelta una risilla que no se molesta en disimular—. Es decir, no tú, pero, me entiendes...—añade al tiempo que se muerde el labio inferior.

MBa1572329 · F
MBa1572329 thinks you are Awesome.
MBa1572329 · F
[med]
Encuentros predestinados
[/med]

[med]
AU
[/med]

Se sentía tan extraña en una ciudad nueva y pequeña; Mercy Brown estaba acostumbrada a las calles ruidosas y a los vecinos molestos, le atraían los bailes que de vez en vez se hacían en las calles y la vitalidad que le inyectaba tanto movimiento. Había sido una pena que sus planes se vieran mermados por las vicisitudes de su anterior y más exitoso empleo, empero, la fémina trataba de aminorar el golpe diciéndose que siempre había sido así, una nómada incapaz de asentarse en un solo lugar; además conocía bien lo que venía con el final de su contrato: tenía que buscar un nuevo sitio para trabajar. Y no cualquier sitio… Tenía que ser un sitio común, escondido y sin que llamara la atención. Si tenía suerte acabaría pasando el resto de su vida en la absoluta tranquilidad. ¿Y quién no quiere eso?

Vagaba por las calles con un mapa impreso en las manos y en la era de la tecnología – donde solamente tenías que apretar un botón para que te llevaran hasta donde quisieras – su manera de buscar un sitio era poco común. Lo peor de todo era que no sabía leer la hoja en sus manos, eso lo habían hecho por ella en el pasado y, presentía, era esa la justa razón por la que estaba dando vueltas en círculos. Tal vez explorar a la antigua sería mejor, así mantendría la cabeza arriba e identificaría comercios, personas, edificios… Y una librería, ¡bingo!

Cruzó la calle para mirar la fachada de cerca, sería su trabajo ideal – segundo en realidad – si es que un letrero de contratación estuviera pegado a los vidrios, pero no fue así. Carpe Diem, entró de todas maneras, con los hombros alzados y una sonrisa de oreja a oreja; adoraba los libros y eran ellos los únicos que evitaban que se volviera loca ante la poca comunicación que podía tener con el resto. Jamás se hubiera creído que el empleado del establecimiento no era del todo lo “normal” que requería.

El olor del sitio asaltó su sentido del olfato apenas la campanilla sonó y puso un pie dentro. Pero qué delicioso aroma, libros y un toque de café, madera y limpiador; se dejó embriagar por el aroma antes de encaminarse hasta la sección estelar con la idea de explorar, pero ahí estaba ella, ¡su cara salía en todos lados! Beck Will… Willows, ni siquiera recordaba bien el apellido. Por alguna razón, Mercy sentía cierta repulsión a sus escritos y le parecía exagerada la atención que le daban. Su lado más oscuro pensaba que, de ella no estar muerta, a nadie le importaría su sosa historia cliché. Apostó por seguir de frente y buscar algún ejemplar romántico, leer sobre literatura romántica le recordaba a él, a su “amor de verano” y se sentía cerca de sus brazos pese a la enorme distancia y a la nula comunicación que podían tener.

Sus dedos acariciaron los lomos de las estanterías, esperando que alguno la “llamara” lo suficiente como para extraerlo, pero falló estrepitosamente, gracias a un chico que hizo el ruido que más le causaba pesadillas en la noche: un golpe similar al de las pistolas al dispararse. Inmediatamente se sobresaltó y se puso a la defensiva, su cuerpo entero tenso y su mano viajó hasta la parte trasera de su pantalón; había estado a punto de sacar su arma.

—Ah… No, no ha sido… Disculpa, soy susceptible a los ruidos repentinos y fuertes. — Tomó aire y volvió a su posición relajada, dejando el arma en su sitio: escondida entre su ropa. — Debí verme como una tonta. — Lo siguiente lo dijo con una sonrisa y, sin avisar, inclinó su figura para poner sus manos sobre el libro y levantarlo, no sin antes mirar la portada. — Hm, estaba buscando un libro que me llamara, es… Un juego que hago desde niña, tal vez este quiso llamar mi atención. ¿Podrías decirme de qué va?

“A ti te gustan los libros y a mí los videojuegos. Es tonto pero… Si cuando haces tu… Ritual de libros, encuentras uno que te llame con todas sus fuerzas y además es de romance; quiero que te acuerdes de mí. No me olvides, Mer, que yo tampoco te olvidaré a ti. Te prometo que estaremos juntos pronto, muy pronto, en cuanto se calmen las aguas y nos den luz verde.”


Las palabras de él vinieron a su mente en el momento exacto. Tal vez, algún día, podría mostrarle la colección que había hecho de títulos sosos y meloso en su nombre.