— Te equivocas Jonathan Jōestar— Tomó aire una bocanada como quién trata de tranquilizarse pero su pie seguía ahí firme, no era la primera vez que veía al menor llorando,no le molestaba,le dolía pero el dolor y la frustración exteriorizada por el llanto era algo normal,parte del vivir—Fuiste tu solo quien pasó toda la noche tratando de montar a Slow Dance para perseguirme, tú mismo decidiste salir de ese agujero y yo soy un valor agregado no confundas tu valentía con mi casual compañía—Retiro su pie y se dejó caer de sentón a su lado, buscó entre sus ropas un pañuelo para extenderselo al menor—Me das envidia—