Dentro de la gran gama de profesiones desarrolladas por los jugadores de SAO -siendo en su mayoría aprovechadas por comerciantes a lo largo y ancho de cada piso-, una gran variedad de ellas destacaba, ya sea por su eficacia al momento de proporcionar equipo de asalto, habilidades extra en el campo de batalla o, incluso, por su validez intrínseca para el desempeño del día a día; desde la Herrería, la maestría de Detección, la Cocina o la Pesca -entre otras-, todas ellas eran ampliamente conocidas y de público acceso. Sin embargo, recientemente algo -o más bien, alguien- parecía haber roto el molde preestablecido dentro de los parámetros ordinarios que envolvían el complejo submundo de profesiones.
—¡¿Una habilidad especial?!
Asuna no pudo hacer nada por refrenar la interrogante que escapó de sus labios, repleta de asombro, al oír los detalles del informe que su superior, el comandante de los Knights of the Blood, describía para ella con la flagrante intención de lanzarla a una misión de reconocimiento, esta vez lejos de las mazmorras.
Si acaso existía algo aún más exótico en aquel mundo, aquello era, sin atisbo de duda, el reducido número de jugadores que eran bendecidos con una habilidad única. De los cientos de personas que habían cruzado por su camino, desde los poco más de seis mil jugadores que aún se hallaban en pie, Asuna había conocido a no más de dos con tal capacidad. De modo que… —Suena imposible… —exteriorizó, en un hilo de voz aquella, reflexión interior.
La posibilidad, sin embargo, existía y fue aquel mínimo porcentaje de incertidumbre lo que motivó a su líder, Heathcliff, a enviar a su segunda al mando directo al área residencial del piso 35 en la ciudad de Miché. La locación era, por sí sola, de lo más peculiar para buscar a alguien con las características señaladas en el informe (aparentemente, una suerte de doctor o maestro de la Alquimia que había llevado más allá la capacidad límite de la profesión… O, eso decían los rumores). Como fuera, aquel sector de posadas servía regularmente de albergue para jugadores de nivel intermedio; ¿qué podría tener que ver con un sujeto portador de una habilidad única? ¿Se trataría, acaso, de un solitario buscando pasar inadvertido entre la masa concurrente de personas que se aglomeraban en la capital? ¿Alguien de un gremio peligroso como los asesinos de jugadores del Laughing Coffin? Hasta no hallarlo no podía hacer más que suponer…
Pero, ¿por dónde empezar? Los puntos clave en su mapa estaban señalizados, pero... eran muchos y la ciudad de Miché era lo suficientemente vasta como para perder una aguja y luego pretender encontrarla.
