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-Anyel permaneció en silencio en ese instante, solo suspiró, intentaba relajarse, sabe que debe hacerlo ya que dependiendo de sus reacciones, los demás no se fijarían mas en ellos, ya que aun seguían siendo el centro de atención, algunos balbuceaban, otros comentaban lo que decía la mujer aquella, hasta algunos simplemente se preguntaban lo mas sencillo de si eran pareja o no, lo mas típico de los chismes.

El joven se relajó tras un pesado suspiro, asintió varias veces con su cabeza y poco después la rodea con sus brazos en un fuerte abrazo, al menos, sus seres queridos no habían muerto, sus amigos estaban todos, incluso sus compañeros de salón. Se aparta un poco y mira al rostro contrario.- Debemos tomar en serio lo que nos dice Erison... si queremos proteger... debemos ser mas fuertes que cualquiera.
-La mujer asintió al agradecimiento de Anyel y se encaminó a la caseta de seguridad para pedir el botiquín de primeros auxilios, dejando a los dos jóvenes solos.

Joah lo miró al escuchar su nombre y extendió los brazos a él para abrazarlo.

—Lo sé... Lo sé... —Lo abrazó fuerte para consolarlo. Entendía bien el sentimiento de toda esa gente. Cuando todo había acabado y no encontraban a su mamá, sintió el mismo dolor y se sentía morir por dentro, no quería imaginar como se sentiría esa mujer y seguramente la gran cantidad de familias que perdieron no solo sus pertenencias, sino a familiares y amigos.

—Tenemos que ser fuertes, debemos entrenar y hacernos fuertes y protegerlos. A todos ellos. —
Tsk... maldición. -Fue un golpe que no se esperaba y como se encontraba por completo normal, si que le dolió, normalmente golpes así ni siquiera lo hieren y tampoco los siente, la falta de costumbre causó un tanto mas de dolor, sabía que debía conservar la calma, seguramente ella los vio, pero no haría nada negándose, era mejor guardar silencio.-

Gracias... -Respondió ante el acto de la señora que ahora los escoltaba hasta abajo de las escaleras, escuchando atento la historia de aquella mujer, discretamente intenta voltear a verla, luchando por ser liberada hasta que la perdió de vista por bajar las escaleras. Anyel bajó la mirada, recordando que en ese momento solo luchaban por su propia vida, ni siquiera intentaban salvar a nadie.-

Joah... -Dijo el nombre de su amiga, intentando buscar refugio o alguna excusa, sintió la culpa de golpe, sus ojos brillosos demostraban que estaba por quebrarse.-
-Se sostenía el hombro dónde le había golpeado. La mujer gritaba histérica y los que estaban en la tienda la miraron con desconcierto.

ENGENDROS DEL DEMONIO! ABORTOS DEL DIABLO!

Escuchó el otro golpe y alzó la vista para ver a su amigo sangrando de la cara. Se alertó al grado de interponerse para que no les lanzaran más piedras.

Un hombre mayor se acercó a la señora para detenerla.

—¡Déjalos, mujer! ¡Son solo niños! —

ELLOS FUERON! LOS VI! CUANDO HICIERON EXPLOTAR EL TECHO! BUM! VOLÓ! ELLOS LO HICIERON!

Una señorita se acercó a Anyel y le pegó un pañuelo en la ceja, mientras los ayudaba a bajar por las escaleras, dejando a la mujer gritar atrás.

—Discúlpenla. Viene todos los días, porque cree que va a encontrar a su hija, pero ella falleció en el derrumbe... —
...golpearía el hombro de su amiga, Anyel pronto guardó ahora si el móvil en su bolsillo y dejo caer la caja que tenía en la otra mano para acercarse a Joahnna y comprobar que estuviera bien.- ¿Te dolió? ¿Te golpeó fuerte? -Preguntó asegurándose que no fuera algo mas que un susto.

El grito de la mujer le hizo voltea a verle, él frunció el entrecejo y se giró por completo hacia la mujer.- ¡¿Qué te pasa?! ¡No le estamos haciendo nada a nad- -Su reclamo se vio interrumpido cuando una segunda piedra decorativa fue lanzada, impactando cerca de su ceja, lo cual ocasionó un pequeño corte, debido a la zona, el sangrado era abundante y de inmediato se cubre con su mano zurda.-
-El joven tampoco se había percatado de la reacción de la gente, ni siquiera notaba como los niños eran apartados. Alguna vez escuchó un chisme de ellos, siendo vistos pelear contra aquel grupo de Vairant invasores, pero creyó que solo quedaría en eso y mas cuando el noticiero solo hablaba de un desastre natural como cualquier otro. Suerte era que no habían videos ni fotos de ningún tipo, por suerte Jingokai lo destruyó todo sin darse cuenta al momento de la llegada, pero los chismes si que no podrían ser detenidos de ningún modo.-

Sabes que no me quedaré tranquilo hasta quedar par, ¿No? -Ríe alegre, ahora si que se sentía mas calmado y feliz, no tendría que inventar nada con su padre, ya lo había hecho gastar demasiado y no se atrevía a contarle lo que en verdad ocurría, no se atrevía, por esa misma reacción en la gente.- Miheru, hay hostilidad presente... y no es sobrenatural...

-Su aviso fue muy tarde, ya aquella había lanzado la piedra que...
...Son ellos...


Se escuchó a un señor mencionar mientras los señalaba sin recato. Una señora tomó a su hijo del brazo y tiró de él para acercarlo a ella y apartarlo de los jóvenes que al parecer eran peligrosos.

Joah no se había percatado de lo que sucedía, pues le sonreía a su amigo con calma mientras se guardaba las manos en los bolsillos.

—Es poco dinero para algo que no necesito y es lo suficiente para algo que a ti te hace falta. —Le dio un empujoncito cariñoso mientras seguían avanzando cuando de pronto, escuchó a Lusdry lanzar una advertencia.

¡ABAJO!

Pero fue tarde. Sintió el golpe de una piedra de ornato que una de las señoras le lanzó al hombro y se preparaba para lanzar otra que había tomado de las macetas que adornaban el centro comercial.

—DEMONIOS! HIJOS DE SATANÁS! —
-Alzó las cejas con sorpresa al ver como aquel regresó con el celular, quería decir algo pero no encontraba el momento, miraba como lo encendían, probaban y todo lo demás, su mirada iba de Joah a el empleado que poco después hizo entrega del aparato. Anyel lo toma, bastante incrédulo con lo que estaba pasando, espera a que el empleado se retire a cobrar y el joven se acerca un poco mas a la chica.-

Pe-pe-pero Joah... ¿No ibas a comprar algo? E-es mucho dinero y... seguro te tomó tiempo ahorrarlo... -Si que le había escuchado, pero le sentaba mal saber que ella no podría comprar lo que anhelaba. Salieron de la tienda, Anyel aun se preocupaba por aquello, ni siquiera había guardado la caja en su mochila y el móvil en su bolsillo. Ya había mas de uno que les miraba, parecían resultar conocidos para algunos que si estuvieron conscientes durante aquel ataque.-
Y Joah agradeció el gesto. Salió del local, con la mirada de una señora sobre ellos mientras caminaban por el pasillo hasta las escaleras del mall.
-El empleado volvió con un equipo nuevo en su caja. Sonreía ampliamente mientras dejaba un sobre con un chip nuevo.

—Hemos tenido suerte. En el almacén nos quedan dos iguales. Desde el desastre, que hemos tenido alta demanda en equipos de celular. Si su teléfono está así y ustedes ilesos, entonces son de los afortunados. —

Sacó el teléfono y metió el seguro para botar la platina dónde se colocan el chip y la SD; Le colocó la batería y lo encendió para probar que funcionara bien. Entonces encendió y sonriente se lo entregó a Joah quien de inmediato, le entregó su tarjeta de ahorros.

—Si, fue difícil, pero al fin pudimos reponerlo. —Le sonrió al empleado y cuando este se fue para hacer el cobro, le entregó la caja y el teléfono a su amigo. —No me digas nada. ¿De acuerdo? Tómalo como agradecimiento y con mis disculpas. —Le sonrió, esperaba él lo entendiera y lo aceptara en silencio, después de todo, estaban en un lugar concurrido. El empleado regresó con el boucher y ticket (.

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