—Mhm~ —Las reacciones de Kalim lo incitaban a seguir, mientras más avergonzado éste se viera, más allá quería ir él. Deslizó sus manos desde sus caderas, por sus costados, acariciándole la piel con las manos y levándole la camiseta con el movimiento, hasta las axilas—. Desde cuándo me gusta verlo, no es importante... Ahora quiero ver cuán intenso puedo llegar a provocarlo. —Se inclinó para dejar un camino ascendente de besos por su torso descubierto, su cabello igualmente acariciándole al caer a los costados. Subió hasta estar de nuevo encima de él y unió de nuevo sus labios, probándolos con más profundidad.

¿To... Tomando el gusto? - Su voz sonaba un tanto temblorosa y agitada, y su corazón latió más fuerte cuando Jamil se acomodó de esa manera. Por alguna razón sentía que su cuerpo quemaba, quiza era por el bochorno que sentía o tal vez por lo que estaba sintiendo al tenerlo tan cerca de él. No pudo proferir palabra alguna pero sus piernas se movieron por voluntad propia, aferrandose suave a la cintura ajena. No podía verlo a la cara, sentía mucha pena pero no deseaba separarse de él. Apreto sus labios como si tratara de contener las palabras, pero el sentir la mirada fija de Jamil le instaban a hablar. - Jamil... ¿Desde cuando te gusta hacerme sonrojar? -

Al verle intentar cubrir el sonrojo en vano, pasó su lengua por sus labios instintivamente, sintiendo todavía el cosquilleo del suave beso de Kalim. —No me burlo~ —Se alzó un poco tomando las caderas de Kalim para atraerlo a las suyas y pegar sus ingles, con las piernas del mayor abiertas hacia los costados de él—. Sólo creo que le estoy tomando el gusto a verlo.

Cuando el beso hubo terminado solo puro mirarlo a los ojos pero escucharle decir eso hizo que de manera involuntaria desviara la mirada y cubriera sus labios con uno de sus brazos. - No te burles Jamil... - Ese torno carmesí se mantenía intacto en su rostro. No sabía que hacer o como responder, pero ahora estaba seguro de algo. Jamil era lo más importante para él y disfrutaba su contacto y compañía. Y a pesar de sonrojarse, deseaba que ese instante fuera eterno.

Recibió el beso cerrando sus ojos y podría haber continuado el contacto entre sus labios, que desde la primera vez que lo sintió le había quedado el gusto por recibir más. Sin embargo, al ver su rostro enrojecido de nuevo, no pudo evitar sonreír, aunque con cierta malicia. —Te sonrojas mucho, Kalim, me gusta como te ves así. —Le bromeó, tomándole el mentón con suavidad.

No sabia que hacer ante ese pedido, era la primera vez que Jamil le hablaba de esa manera y con un pedido tan inesperado, pero... era Jamil, no había nada de lo que debiera avergonzarse. Rompio el abrazo para poder tomar su rostro y darle un beso muy suave y pausado. El solo hacer eso hizo que su rostro se tornara de un color carmín muy llamativo.

No se esperó el abrazo, pero lo correspondió, aunque pronto le picó la cabeza suavemente con el índice. —Dame otro. (?)

Se quedo congelado al sentir el beso que le dió Jamil pero tambien sintió una enorme felicidad al escucharle decir eso. Parece que la confusión que tenía se había disipado. Por esa felicidad que hacia latir su corazón tan fuerte, solo pudo ocultar su rostro en un abrazo que deseaba fuera eterno.

Sonrió, complacido con la expresión de Kalim y su rubor, pero no se contuvo más a besarlo. Fue un beso suave y corto, porque luego se separó para mirarlo a los ojos. —También sabes lo que siento, Kalim.

¿Por qué?... - Sentía que el corazón le latía a mil por hora. - Sabes lo que siento ¿Y aún lo preguntas? Eso es injusto Jamil!