Hizo una marca con un lápiz en su lista junto a las flores desérticas y guardó todo dentro de su abrigo, antes de sostener su capucha y aferrar una de sus manos a la alfombra.
Al llegar, el jardín mostraba no solo las flores, sino grandes y fuertes hojas de tipo cáctus que las protegían del sol en grandes montones.
—De hecho, no solo hay escarabajos, tarántulas y avispas que se alimentan de las propias plantas y de otros insectos más pequeños. También hay serpientes. Este trabajo debemos hacerlo juntos desde la alfombra... Yo soy más fuerte, pero tú eres más rápido. Te sostendré por los pies y tú pescarás las flores esquivando cualquier criatura, ¿entiendes?
- Dió la orden a la alfombra y esta fue en esa dirección, volando tranquilamente hasta llegar a una zona árida pero llena de esas flores que jamil iba a necesitar. -
Hmm... Es aquí pero... No habrá insectos por esta área? Si quieres puedo ir a recolectar esas flores mientras tú te quedas en la alfombra.
Volvió por un momento su mirada a la lista de anotaciones, pero al notar que pasaban por cierta sección del desierto, recordó que debía hacer otra parada más.
—Kalim, vamos a la izquierda, hay que recolectar flores del desierto para la tarea de Alquimia de esta semana.
El lugar al que se refería era una especie de pradera amplia ubicada en pleno desierto, donde abundaban las raras flores desérticas, pero la zona también estaba infestada de criaturas peligrosas y letales del desierto.
- una gotita de sudor recorrió su rostro al escuchar eso. ¿Acaso su presencia era sinónimo de poco esfuerzo? Eso le hizo sentir un poco mal. Un líder debería inspirar mérito, esfuerzo no solo diversión. -
Está bien, entonces no me meteré en eso. Los dejo en tus manos.
- Definitivamente debía cambiar por el bien de su dormitorio. Debía esmerarse mucho más. -
Lo miró de reojo, asegurándose de marcar la siguiente actividad con uno de sus dedos para no perder el enfoque.
—No es difícil, solo es cuestión de impartir orden y disciplina. Suelen seguir mis comandos cuando estoy solo y creen que tú me has delegado. Pero cuando estás presente, de alguna forma se relajan demasiado.
- Al ver a su alfombra empezó a sonreír y de un solo brinco subió en ella, dirigiendo el vuelo con dirección a Scarabia. Mientras sobrevolaban el desierto escuchó atentamente las tareas. -
Está bien, creo saber quiénes serán los encargados de limpieza pero, no es mucho trabajo entrenar a los demás en vuelo? No prefieres que te ayude con eso?
Se dio media vuelta, apartando el cabello que el viento insistía en entorpecerle la vista y sin tener que hacer nada más, llegó ante ellos una alfombra mágica que parecía especialmente feliz de ver a Kalim.
Tomó asiento en la misma y dejó que el líder de Scarabia encabezara el vuelo, después de todo, sabía que le gustaba hacerlo.
Mientras tanto, él sacó una libreta con varias anotaciones hechas en el lenguaje propio de sus tierras. —Lo primero que debes hacer es organizar los grupos que se encargarán de la limpieza mientras yo entreno al resto en el vuelo de escoba.
