Al tratarse de vegetales, sus superficies eran más sencillas de lavar que la carne, así que sacó su magipen (una vara negra tan larga como una mano, con una gema en uno de los extremos, en su caso, una gema roja) y la apuntó hacia los vegetales, para que éstos flotaran rápidamente y en orden hacia un agua jabonosa que había preparado en la tina del lavaplatos. Dentro del agua, los vegetales se movieron con rapidez, provocando una espesa espuma, para luego salir uno a uno hacia el chorro de agua y luego de vuelta a las manos del otro hombre, completamente limpios.

No usaba magia cuando cocinaba, no la necesitaba para ser rápido; pero debido a que aquella era una tarea sencilla y él debía proseguir con su parte, decidió hacer uso esa vez, para luego guardar bien su magipen entre sus ropas.

—¿Volvió a abrirlo?... Espero que no vuelva a cerrarlo, los primeros años de vida son críticos en nuestro desarrollo como personas. —Continuó la conversación como si nada.

-coge las verduras y empieza a limpiarlas con un cuchillo mientras se sienta en la silla para que pueda limpiar las verduras mejor y responde la pregunta-
Bueno, volví a abrir el orfanato casi un año ... pero los niños empezaron a venir hace 4-5 meses.
-después de terminar, sonríe gentilmente -Listo, ¿puede lavarlos también para que pueda cortarlos, joven?

Para él era normal comer comidas altamente condimentadas desde su infancia temprana, pero había leído lo suficiente para saber que en otras culturas eso podía ser muy diferente.

También, había sido criado para saber sobre las mejores formas de alimentación, las más sanas, más sencillas de preparar, más deliciosas; en su día a día tenía que cumplir con los gustos más exigentes. Así que sonrió al ver algunos vegetales en la nevera.

—Si desea, puede ayudarme, puede picar... estos vegetales en rodajas. Estos los quiero en tiras, y estos en cubos. —Le dio distintos grupos de vegetales, mientras le indicaba. Por su lado, sacó las proteínas que cocinaría y puso manos a la obra.

—¿Por cuánto tiempo ha conocido a estos niños? —Preguntó, mientras lavaba todo muy bien.

-se queda en medio de la cocina mirando al joven con una pequeña sonrisa en los labios- Bueno, me gustaría algo de comida ligera para los niños. Tienen entre 5 y 12 años ... no pueden comer lo mismo. Dime en que le puedo ayudar y lo haré.

—Como usted guste. —Dijo, una vez en la cocina, examinando todos los utensilios que habían para poder trabajar. Pudo notar que no eran utensilios de las mejores marcas, pero no hacía falta nada para cocinar con libertad.

También echó un vistazo a la comida en la nevera. La cantidad de vegetales y las variedades de carnes. —¿Le gusta el curry? —Lo primero que pensó fue en su platillo favorito, ese que podría cocinar en cantidades industriales y sin mucho gasto de energía—. ¿O preferiría algo más ligero para sus niños? Tal vez pescado o pollo.

-lo sigue adentro-
Estoy seguro de que usted no quiere quedarse, le dije por si quiere tomar una siesta o si tiene hambre.
-sus labios forman una dulce sonrisa cuando escucha su oferta-
¿En serio? ¿Haría eso por mí? Eso sería de gran ayuda. Me gustaría ayudarte a cocinar, ya sabe, aquí hay muchos niños.

—No tengo pensado quedarme. —Aclaró desde el principio, siendo siempre del tipo de persona que definía sus parámetros desde el primer momento—. Sin embargo, me gustaría cocinar para usted, comida suficiente para el resto del día, por cualquier molestia causada por esta lluvia. —Estaba acostumbrado a corregir los descuidos de Kalim, incluso los propios, así que apenas dijo aquello, se encaminó hacia dentro del recinto, pasando entre los huérfanos que salían a jugar.

Mago... interesante.
-dice con una sonrisa en sus labios-
Sí, seguro que hay una cocina y muchos dormitorios ... todo lo que necesitas para sobrevivir.
-mira hacia abajo un poco-
Tengo todo, pero no tengo empleados ... No tengo cocinero, pero puedo cocinar o hornear pasteles.

No pudo evitar reír ante la pregunta. —Para nada, es un mago, como yo. —Comentó con naturalidad—. Su magia única puede crear oasis, fue así como hizo esta lluvia. —Explicó con una sonrisa suave en sus labios.

Miró el recinto tras el ofrecimiento y luego volvió su vista a él. —¿Hay alguna cocina allí adentro?

-le mira un pozo extraño al oir hablando de su patrón -
¿Kalim? ¿Es un Dios o algo así?
-pregunta un poco curioso-
Un placer, joven Jamil... Es bueno de saber que pueden salir.. ¿Te gustaría entrar? Eres empapado completo... Te doy una toalla para que te secas el cabello y cuerpo. ¿Nee?