Cualquier otro vinculo. Es entonces que mediante era sanado su abrazo se afianzo aun mas, ella podria leer mejor las heridas, no eran exactamente hechas por armas cualquiera, algun conocedor lo habia lastimado.
Pero su agarre no era precisamente por temor o pesadez, era firme, duro, cual si con esto afirmara una negacion a soltarla.
Jiang era la muerte para los que habian vivido una existencia pacifica, normalmente, se llevaba a los fallecidos mas alla del umbral de la noche, hasta el punto donde el mundo fuese solamente paz para quienes la procuraron durante sus vidas. Pero, diferente era el pasado del ahora, pocas eran las almas que realmente merecian su suave tacto, la tecnologia y el frio del metal habia cambiado muchas cosas
Y el no era una excepcion.
Las heridas eran a causa de un encuentro fortuito con un mejorado, el azabache tenia la maldita costumbre de meterse en problemas donde no le llaman, resultando muchas veces, en este derramando sangre, o bien, ser presa de alguno que otro efecto sobre si mismo. El tipo de vida que elige vivir no es la mejor recompensada.
Pero su abrazo, la calidez de su amada otra mitad era lo que limpiaba su alma con tal precisión como no pasaba nunca para el. Nuying era todo, al final de cuentas habian nacido bajo la misma cuna primordial, eran uno mismo, mas alla qu
Lo escuchó atentamente y quiso creerle en un principio, pero sus heridas delataban descaradamente la mentira dicha. Nüying se acuclilló para poder estar a su altura en aras de observar y estudiar mejor la magnitud del daño; no tuvo intención de reprenderlo ni de cuestionarlo de más, después de todo lo respetaba y no quería incomodarlo.
—Voy a curarte—anunció con un tono decidido y suave a la vez. Sus manos se pasearon superficialmente por el camino de grietas y, de estas, una luz envolvió las extremidades de ambos. La Huli Jing estaba absorbiendo el dolor que él sentía, por suerte sería momentáneo antes de desaparecer para ambos: un pequeño precio a pagar.
No hizo ninguna mueca durante ni al final de su tarea. Lo único que rompió su apacible rostro fue una dulce sonrisa que le dedicó antes de abrazarlo con dulzura. Tomaría venganza de los que dañaron a su otra mitad, claro que sí, pero a su debido momento.
Escucho su voz desde lo lejos, esto hasta que finalmente ella misma se hizo presente. Fue el contacto directo, asi como la proximidad con ella lo que lo hizo alzar la mirada hacia su direccion. Su expresion en cambio se miraba firme, nada duro ni serio, una simple serenidad que siempre mantenia en su alma.
Ante Nuying el podia ser miles de cosas diferentes, por mas que detras de su mascara fuese uno de los dos artifices de la muerte. Eran opuestos, pero ello solo volvia su conexion mas fuerte.
-Tan delicada como una flor de Loto ¿Eh?- le dio la bienvenida mostrandole una sonrisa, Jiang, el hombre de las mil caras, a veces bajo una influencia pacifica y en otras un terror nocturno hasta para los mas buenos, pocos eran los que conocian lo que estaba detras de la invisible mascara que siempre portaba, y entre ellos la azabache era la unica que le conocia mas a fondo.
-¿Esto? No es nada realmente, no deberias preocuparte demasiado.- Miente descaradamente.
—¿Qué ha pasado, viejo amigo? —murmuró Nüying mientras tomaba asiento frente a él. Sus dedos recorrieron los brazos agrietados y brillantes de aquel que había nacido a su par; estaba preocupada, lo veía cabizbajo y más apacible de lo normal. ¿Es que algo terrible le había sucedido? —[i]. Le arrancaré la lengua a cualquier persona que te haya lastimado, pero habla conmigo... Por favor.
