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JeanGunnhildr1579062 · 36-40, F
Estaba segura que su rostro tenía una lasciva expresión - ¡E-Eula! ¡P-para por favor! N-no pue... - Trataba de hablar con una apenas entendible voz por tener la lengua de fuera. Su cuerpo sufría de placenteros espasmos que nublaban su mente haciéndole perder la poca cordura que aparentaba tener en aquella situación-

¡M-me vengooo! -Jadeó y aulló en su primer orgasmo provocando que sus pies se contrajeran, sus pechos y vagina respondieron ante tal estimulación dejando salir sus mieles-

Ah...ah...ah.... -sus pupilas nuevamente mostraban aquellos corazoncitos mientras un hilo salival corría de su lengua hacia el escritorio-

N-no es justo... -Reprochaba en un apenas audible susurro, no por humillación, sino porque ahora también quería devolver aquel placer-
JeanGunnhildr1579062 · 36-40, F
Sus pómulos mostraban un rojo intenso mientras seguía mordiendo su propio dedo tratando de ahogar sus gemidos, cada beso, cada mordida y lamida causaban estragos en su piel y en su mente.

Aquellas palabras de la contraria por un momento resonaron en su mente haciendo que su intimidad se humedeciera aún más, los rosados botones de sus pechos los tenía rígidos le ardían por el mismo placer al punto también parecían estar lactando.

¡Mmff! ¡Aaah!

Fue hasta entonces donde al sentir como aquellos intrusos se adentraron en su intimidad que tuvo que dejar de morderse el dedo y sus manos buscaban aferrarse a algo empuñándose sobre el escritorio y su espalda se arqueó hacia arriba dejando salir un placentero aullido.
El propio cuerpo de Eula también se estaba excitando cada vez más, no sólo tenía las mejillas un poco rojas por el calor mismo, sentía que su propia feminidad comenzaba a humedecerse, ponerse caliente y ansiosa de atención. Pero antes de cualquier otra cosa, deseaba satisfacer a su superior y dejar marcado tanto en su cuerpo como en sus pensamientos lo que está ocurriendo ahora, que cada vez que la mirara recordara este preciso momento.

—No te contengas... déjame saber cuánto... te encanta...~

No sólo la devoraba con la boca, también con la mirada. Le "dolía" aceptar que uno de sus más grandes enemigos provocara esos deseos tan primitivos.
Frotaban la pared vaginal superior en busca de esa zona sensible, su punto G, la masturbaba con descaro. Al mismo tiempo, su boca fue a atender su clítoris al estimular por los alrededores de.

Atacaba sin tregua ni cuartel esos puntos porque ansiaba escuchar la voz de la rubia con más descaro, gemidos que sonaran como la más dulce y erótica melodía, que le dijera cuanto disfrutaba de que le comieran de tal forma su coño. Es un pecado tenerlo tan delicioso, se vengará de ella por empezar a volverla adicta a su sabor.

La mano libre subió hacia una de las montañas para tocarla a placer una vez más, jugando con su botoncito rosa, tirando y pellizcando con la suficiente fuerza como para no lastimarla, pero si para causarle satisfacción y jugaba con su cúspide como si simulara estar ordeñándola.
La miraba desde su posición, estaba encantada con las reacciones ajenas, un arte en todo su esplendor. La belleza de ese cuerpo desnudo, sus sensuales sonidos ¿Había algo mejor que tener a la intendente sometida por el placer? No, no lo hay, al menos no en este momento.

Continuaba con los estímulos, su lengua recorría cada centímetro sin dejar nada que atender por el interior, sus labios se encargaban de besar y dar ligeras succiones a su piel. Degustaba ese exquisito sabor de mieles de amor.

—Mejor aún… así sabrán a quién le perteneces.~ — Comentó entre lamidas.

Estaba tan metida en el placer del papel dominante que para ese momento poco importaba si alguien las viera o las escuchara. Ese momento es para las dos.

A los pocos momentos, llevó su diestra hacia el coñito introduciendo dos dedos para que incursionaran el punto débil ajeno.
JeanGunnhildr1579062 · 36-40, F
-Sabes que no deberíamos estar haciendo esto aquí...¿verdad?... Alguien podría ver desde la ven.. -Su reclamo fue retenido de golpe al sentir aquellos labios sobre piel, aquel escalofrío volvió a recorrerla por completo sintiendo como a cada paso de aquellos besos, lamidas y chupones erizaban su piel- ..tana~

Su cuerpo se derretía con aquellos besos, tanto que la hicieron tirarse por completo de espalda contra el escritorio tirando algunas de las cosas sobre él que alguien escuchara era lo último que pasaría por su cabeza en ese momento, su intimidad se humedecía más y más a cada instante.

E-eula...ya no... -Aquellos besos eran una delicia para ella pero su intimidad también le pedía atención, cada beso le cortaba su respiración pero no fue hasta que su coño fue invadido que un jadeo salió de su boca el cual tuvo que ahogar mordiendo su falange- ¡Nnn!
JeanGunnhildr1579062 · 36-40, F
-N-no digas tonterías... e-eso no es verdad -Dijo con la mirada hacia un lado, le era vergonzoso recibir halagos sobre su cuerpo y más por la posición en la que encontraba; desnuda y totalmente expuesta- Estás loca si crees que eso va a pasar... jump.. -De un momento la rodeó con sus piernas para jalarla un poco hacia ella y sujetar su rostro robando un beso de aquellos labios. Aquella idea algo movió en su cabeza que, ciertamente le había gustado aunque lo negara de boca su cuerpo no lo hacía-

Tras haber terminado aquel fugaz beso había regreso sus piernas a su anterior posición donde no duraron mucho. Su espalda se reclinó ligeramente hacia atrás ayudando a su postura y se sostuvo con la ayuda de sus codos.
JeanGunnhildr1579062 · 36-40, F
-Tsk... Sólo mira lo que me haces hacer...

Decía con algo de vergüenza mientras se desnudaba ante la peli azul. El solo pensar en todas las emociones, sensaciones y expresiones que pudo haber dejado escapar en aquel corto tiempo entre la puerta y el escritorio daban vueltas en su cabeza.
Su respiración era profunda y lejos de estar molesta o de negarse a la "ayuda" de la capitana la rubia se dejó ayudar moviéndose ligeramente cuando lo requería mientras que con las manos se retiraba la blusa y el corset dejando solo su brasier.

Encontrándose sentada en el borde de su escritorio sus manos se agarraron de la orilla del mueble mientras correspondía a aquel corto beso.
Cuando fue realmente el tiempo, sus labios dieron pequeños besitos en los superiores ajenos como si estuviera siendo cariñosa, como si estuviera besando los labios de un interés amoroso o algo parecido, y pasado cierto lapso, con la diestra los abrió para proceder con los inferiores, al cabo de un momento comenzó a pasear la lengua en lentas, largas y a la vez descaradas lamidas para saborear sus mieles. Ese húmedo músculo recorría cada centímetro ajeno y se movía con la misma maestría que cuando danzaba con la otra en las cavidades bucales.
Sus manos se ocuparon de retirar las últimas prendas que protegían la feminidad ajena; pronto se arrodilló mientras la abría bien de piernas admirando la belleza de su ser. Un apetitoso coño que ya se veía muy humedecido y ansioso de ser atendido, aunque le tocaría esperar un poco más.

Montó las extremidades en sus hombros y así comenzó a besar la parte interna de uno de los muslos, empezando cerca de la rodilla para ir acercándose poco a poco cual depredador. Besos, lamidas, pequeñas succiones que buscaban dejar marca tanto en la piel como en la psique de la rubia. Cuando estaba a punto de llegar a su coñito, retornaba, no era momento de ello todavía, sólo la tentaba. Luego hizo lo mismo con el otro muslo, sólo buscaba que las ansias se apoderaran de la adversa antes de complacerla.

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