Aquel detalle hizo que su corazón y su rostro se emocionara. Parecía una niña en dulcería, cierto era que no siempre tenían el tiempo para convivir, su esposa por las expediciones y ella por su trabajo, dentro de la oficina y fuera cuando tomaba tareas por su propia cuenta, desde buscar gatitos perdidos de los ciudadanos hasta Guardianes de las Ruinas, su agenda la demandaba hasta pasar noches en su oficina por lo que cada que tenía la oportunidad de estar con su esposa lo disfrutaba como nunca

En un dulce silencio escuchó cada una de las palabras de su amada, se dejó tomar de la cintura y gracias a la cercanía apegó su frente contra la de la contraria sin interrumpirla. Era muy poco usual que se expresara tanto, le resultaba tan dulce cuando aquel "iceberg" parecía derretirse que la dejaba expresarse.

[c=#60BF8F]No hay nada qué agradecer, amor. Siempre te voy a esperar con una sonrisa y mis brazos abiertos. Dicen que "del odio nace el amor" ¿No? Tal vez fue tu "castigo" (...)[/