Decía la Mayor con sarcasmo, pero una clara lujuria en su voz, aquellos jadeos le estaban causando tanta felicidad y placer de ver así a su amada. Comenzó a gemir gustosa entre cada lamida que daba a aquel cuello, sabía que no podía tregua a lo que ya había empezado porque se le podía revertir el papel.
Amor, es nada comparado a lo que tú me has hecho. Ya me toca corresponderte ¿no crees? Tejeje~
Le dijo mientras le desabrochaba la corbatita, apega su boca al primer botón de su blusa y con el uso de sus labios y lengua quita el primer botón, el segundo y el tercero hasta dejar el espacio suficiente para un escote y ver el canalito entre sus pechos. Dejaba que aquella mano acariciara sus cabellos mientras ella se dedicaba a lamer y besar la parte superior de sus pechos.
Hoy serás mía...¿Verdad?~
Preguntó al momento de escuchar como la llamaba por su nombre, levantó sus manos hasta sus pechos, en donde só
—Jean... — Suspiró su nombre gustosa, la hacía estremecer. Su mano pasó de acariciar su cuerpo a hacerlo con sus cabellos, pasaba los dedos entre esas hebras doradas bajando luego hasta su nuca.
Ya la tenía con ganas, incluso soltó un ligero gruñido cuando al inicio se vio privada de eso que tanto quería de ella, pero a pesar de eso instintivamente continuó buscando los labios de su amada. Sus mejillas aumentaron un poco más su color al escucharla, frunció el seño como si estuviera ofendida.
—Tienes muchas agallas para hacerme esto Jean... No olvidaré esta ofensa, voy a vengarme de ti por el resto de nuestras vidas ~ — Pero más que ofenderse, era lo mismo de siempre, "fingía" no gustarle. Pero si había algo cierto en su amenaza, es lo último, así que se prepare su amada, porque estará con ella hasta el fin.
Al notar las siguientes intenciones, abrió un poco la boca y sacó su lengua para recibir su saliva, lo saboreó, se relamió. Sintió un delicioso escalofrío cuando su lengua se vio atrapada en la continua acción, le estaban robando jadeos y suspiros al ser succionada. Echó la cabeza hacia atrás para darle más libertad a su esposa de que hiciera lo que quisiera.
Pocas eran las veces que la tomaba por sorpresa y le encantaba ver cuando rompe su guardia en esas ocasiones. Tomó a su amada de aquella pequeña corbatita y la jaló suavemente lo suficiente para levantarle el rostro en aquel apasionado beso. Sintiendo como aquellos labios y la lengua ajena buscaban la suya comienza a levantar su rostro alejando sus labios de aquel beso buscando provocar en ella el seguir buscando aquellos labios.
Sabía que no era la única que ponía esas expresiones~ Y ¿te digo algo? son hermosas
Le susurró dejando caer de su lengua un pequeño hilo de su saliva a la lengua de su capitana.
Deberé esforzarme para verlas más seguido~
Le susurró mientras volver a acercar sus labios a aquella lenguita y tomarla entre sus labios succionándola. Lentamente fue interrumpiendo aquel apasionado beso para comenzar a lamer los alrededores de su cuello
{...} para que sus labios se acoplaran mejor con los ajenos y así poder disfrutar más de ese dulce sabor y la sedosa sensación de los ajenos; entre abrió la boca para sacar la lengua y buscar la de ella, necesitaba ese encuentro. Amaba sus besos, la ama a ella.
Si Jean quería ser más dominante, ahora es su oportunidad, la agarró con la guardia baja y más vale que lo aproveche porque en algún momento recuperará el control.
Muy a pesar de esa gélida mirada que suele mostrarle a todo el mundo, sólo hay dos personas con las que puede ser ella y relajarse, pero es especialmente con Jean con quien no tiene reparos en ser más expresiva, no lo esconde y tampoco es como si quisiera, por eso aunque ella no la viera directamente pudo saberlo y hasta le dio una respuesta muy audaz que provocó un ligero sonrojo en las mejillas. Sin embargo, tampoco esperó lo siguiente lo cual provocó que el color se intensificara un poco más.
—J-Jean! E-Espe--!!! —Y antes que dijera algo estaba allí sentada sobre ese escritorio que ha sido testigo de muchas cosas. No se opuso más y cuando la tuvo encima simplemente se dedicó a corresponder su beso, dejándose llevar.
Es cierto que es ella misma quien suele ser la que inicia, pero ahora mismo tenía más curiosidad por lo que la rubia hará. Se apoyó con una mano al escritorio mientras la otra continuaba recorriendo el cuerpo ajeno. Ladeaba ligeramente el rostro {...}
La rubia sonrió levemente, no veía el rostro de su esposa por como ella tenía su cabeza acomodada en su hombro, pero con aquel jadeo le hizo darse una idea de su expresión, gustaba de causarle aquellas reacciones.
Aquel susurro le causó un cosquilleo con una sensación eléctrica que corrió de su espalda hasta su nuca.
Yo no busco nada de eso pero, parece que mis caricias provocan más de lo esperado~
Sus labios encontraron los ajenos a los cuales correspondió con gusto. Dejando que sus manos invadieran su trasero comenzó a caminar lentamente mientras la empujaba con suavidad de sus caderas hasta recargarla en su escritorio, con un último empujón buscó sentarla en la pieza de madera y sentarse ella sobre su regazo
No es justo que siempre seas tú la de la iniciativa, amorcito~ -En esa postura quedaba ligeramente más alta que ella por lo que agachando la cabeza besaba aquellos labios.-
Se estremeció una vez más soltando un ligero jadeo por la lamida. La estaba provocando esos jueguitos. Pero no quería ser la única, así que ese apretón pronto se transformó en una caricia suave, lenta en esas redondas y perfectas nalgas de su esposa.
—No necesito un pretexto para demostrarte el deseo y amor que te tengo.~ —Buscó su oído para susurrarle de forma sensual. —¿Acaso buscas que te haga gritar mi nombre para que ahora si toda la sede se entere, Maestra traviesa?~
Le dio un suave mordisquito a su oído. Aunque pronto decidió buscar sus labios para besarla lenta y apasionadamente.
Tengo la impresión que lo dices como pretexto. Estoy segura que más que querer que sepan que te pertenezco sólo quieres aprovecharte de mi (?)
Mencionaba con algo de picardía mientras que en su última frase cambió su beso por una ligera lamida bajo su cuello.
Te lo mereces.~...¡Oye! -No era como que fuera a tomar su dinero realmente, era obvia la broma. Respingó su trasero como reflejo a aquel inesperado apretón que hasta de puntitas se paró unos segundos-
Yo no tengo malicia. No sé de qué hablas, Lawrence(?)
