Como si de alguna manera, asomar la mirada por ese bolsillo fuera a darle la respuesta. Su codo tentó más, con un travieso toque. —Venga, anda, no me tengas con la intriga y enséñame lo que tienes.
No pudo dejar pasar esa sonrisa, la cual captó al momento. Lo conocía demasiado bien. El aire escapó de su nariz, siempre conseguía hacerla reír incluso cuando la respuesta más apropiada sería la que era más en línea con el tono. —Ah, qué será, qué será...— Ya estaba haciendo un gran esfuerzo por no arruinársela, pues prácticamente podría gritársela en silencio de tan solo pensar en ella.
—¿Las clases? Aún estoy en esa fase de reincorporarme, antes solía dejarlo salir casi sin pensarlo, pero ahora tengo que esforzarme más para mantenerme concentrada.— Se había tomado la otra mano, deslizando el pulgar por la palma con tal de no abstraerse. El tema aún estaba fresco en su mente. —Una experiencia así te deja con una cadena de recuerdos, pensamientos... como haber recuperado la memoria de golpe y todavía estuviera absorbiéndolo.
Pero ya bastaban explicaciones repetitivas y deprimentes, estaba más interesada en la sorpresa. Y como si no fuera suficiente, se arrimó. [...]
Mirando bien el resto de la foto además reconoció otro escote, pero prefirió omitir ese detalle. Y ahora sólo le tocaba esperar que la pelirroja hubiese pasado por alto ese detalle en su mente. (?)
—"Estilo azafata" suena como de fiesta de disfraces. Cualquier estilo te va bien, pero esas faldas de tubo... — La pausa se la tomó para esbozar una sonrisa ladina y sugerente. A ello le agregó el guiñarle un ojo detrás de sus gafas de cuarzo. — Tengo algo aquí para ti. — Agregó de la manera más oportuna, llevándose una mano al bolsillo lateral de sus vaqueros. — Aunque antes me gustaría saber cómo te has sentido de vuelta con las clases.
—Ah, ¿el enfoque, dices?— le asustó que hubiera prejuicios de por medio. Y es que a primera vista estaba feo. (?) —Le pedí permiso. Es que me gustó como salía y... eso. No se lo tomó mal.
...
—Gracias, Scott. Sabía que te gustaría el estilo de azafata. Es más cómodo que la falda de tubo.— Y dado que ella no necesitaba desenvolverse mediante el físico, se uniformaba más formal para dar clases. Le faltaba el pin de la X en el pecho.
