La reflexión llevó al impulso, y del impulso, la huella quedó. Tuvo la respuesta ante sus ojos todo ese tiempo: De ahora en adelante, el silencio se rompería. Su deseo, tan claro como el agua, apuntaba hacia nuevas expectativas, hacia nuevos horizontes.
Jean Grey salvaría el mundo. Las aventuras la encontrarían y la arrastrarían hacia los rincones más hostiles del universo. Pero eso no importaba. Jean Grey caminaría en los límites de la vida y la muerte. Jean Grey dejaría su legado en los X-Men y con él, su esencia siempre presente.