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JarrusandBjorn · M
(...) purpúreos se ondearon con suavidad, llevando sus dedos a dejar algunos mechones detrás de su oreja, moviéndose más hacia ella pero dejando un espacio prudencial, tomó una inhalación de aire y luego suspiro el rico aire nocturno por entre sus fosas nasales y labios, dejando una estela de vaho al tiempo que clavaba esa intensa mirada en la luna que brillaba platinada sobre ellos, haciendo que las ondas del agua fuesen más notables.
— Sucede de modo frecuente que los seres vivos olvidan salir de sus propias cabezas para poder realmente abrazar y apreciar los detalles, damita... Por eso estoy seguro que ninguno de ambos esperaba compañía esta noche. —
— Sucede de modo frecuente que los seres vivos olvidan salir de sus propias cabezas para poder realmente abrazar y apreciar los detalles, damita... Por eso estoy seguro que ninguno de ambos esperaba compañía esta noche. —
JarrusandBjorn · M
[JARRUS] No tenía la necesidad de que siguiera un protocolo específico de modales, si bien tenía su código era un hombre que respetaba las otras culturas considerando que antes de tomar estudios académicos y auto aprendizaje, era un bárbaro inculto con poderes o potencial mágico mayor del que su conocimiento limitado le permitía. Fue en ese momento que los labios carnosos y pálidos del varón se extendieron en una leve sonrisa, ojos penetrantes que parecía un caleidoscopio se posaron en los de ella. Y parecían esto pues era difícil saber la gama que traían sus iris, violáceos, rojizos o con tonos algo amarillentos girando alrededor de pupilas negras y completamente penetrantes.
— Siempre lo ha sido, aunque no es usual que otros más que los animales y las hadas entiendan su verdadero potencial y belleza. —
Dijo con intensidad el glamoroso varón mientras la brisa nocturna acariciaba su blanca piel de marfil y entonces sus cabellos largos y extrañamente (...
— Siempre lo ha sido, aunque no es usual que otros más que los animales y las hadas entiendan su verdadero potencial y belleza. —
Dijo con intensidad el glamoroso varón mientras la brisa nocturna acariciaba su blanca piel de marfil y entonces sus cabellos largos y extrañamente (...
YHs1571783 · F
{...} carecía de modales, no se levantaría del suelo pues su comodidad reinaba por todo su cuerpo, entumecido por lo grato de la noche. Sus labios rompieron tan agradable silencio en una sola frase.
Que lindo lugar, ¿no cree?
Movió un poco su cabeza abriendo más sus ojos. Sus pupilas yacían algo dilatadas ocultando el iris gris en su mirada el cuál se veía a penas como un halo que recubría la negritud en ellos.
Que lindo lugar, ¿no cree?
Movió un poco su cabeza abriendo más sus ojos. Sus pupilas yacían algo dilatadas ocultando el iris gris en su mirada el cuál se veía a penas como un halo que recubría la negritud en ellos.
YHs1571783 · F
Y no le notó, estaba tan absorta en su propio universo y todo al rededor que precisamente sus sentidos más agudos habían hecho caso omiso de tan vibrante presencia. Pasaron unos cuantos minutos antes de que la gýgr abriese los ojos, disfrutó cuanto pudo de aquella soledad.
Giró su rostro acomodándose en el pasto un poco mejor, y fue allí entonces que, entre abrió un poco sus párpados para apreciar mejor la tenue luz que brindaba la luna. Su iris se percató de él, una imponente precencia, vibrante y llena de una energía que le pareció familiar, se quedó callada admirando tan majestuosa cabellera, incluso le miró de pies a cabeza quedándose en esa posición de letargo inducido. Ante esto una duda saltó a su mente, ¿cómo es que no le había visto antes? ¿Tan necesitada estaba de cortar lazo con todo lo que le parecía mundano? Tal vez, pensó, necesitaba indagar un poco más en su interior para descubrir el porqué, pero eso sería para otro momento. Si bien la gýgr era solitaria no {...}
Giró su rostro acomodándose en el pasto un poco mejor, y fue allí entonces que, entre abrió un poco sus párpados para apreciar mejor la tenue luz que brindaba la luna. Su iris se percató de él, una imponente precencia, vibrante y llena de una energía que le pareció familiar, se quedó callada admirando tan majestuosa cabellera, incluso le miró de pies a cabeza quedándose en esa posición de letargo inducido. Ante esto una duda saltó a su mente, ¿cómo es que no le había visto antes? ¿Tan necesitada estaba de cortar lazo con todo lo que le parecía mundano? Tal vez, pensó, necesitaba indagar un poco más en su interior para descubrir el porqué, pero eso sería para otro momento. Si bien la gýgr era solitaria no {...}
JarrusandBjorn · M
(...) si ella hacía comparativa, no podían ser más distintos. Largos fueron los minutos antes de que se percatase de esa presencia, aquel varón alto pero sin duda más elegante que su hermano, y amatista y brillante fue esa mirada que parpadeó con suavidad moviendo sus pupilas de Selune, quien brillaba esplendorosa, a Yngvi. No hubo palabras, al menos no aún, no había hostilidad tampoco, pero sí el simple hecho de lectura, una que quizá fuese mutua.
JarrusandBjorn · M
[med]
.. Y no había nadie que entendiese ese deseo de soledad y calma más que aquel que también se encontraba allí, de seguro le había tomado a Yngvi algo de tiempo percatarse, pero la luna plateada que se asomó entre las nubes que pasaron finalmente empujadas por las ventiscas nocturnas, develaron a una figura que era difícil de perder una vez que era vista. Era un hombre sumamente alto, quizá no tanto como el que ella conoció con las cebollas, pero si parecía calmo, a pesar de tempestuosos ojos amatista.
Silencioso, con pies desnudos hundidos en las aguas, solo una especie de taparrabos purpúreo cubriendo las partes necesaria, mientras la enagua larga de tela se ondeaba con suavidad al igual que esos cabellos del mismo tono. El cuerpo musculado presente, joyas recubriendo sus muñecas, su cuello y una en sus cabellos larguísimos que se ondeaban sin cesar.
Tenía un enorme parecido con Bjorn, quien ella conoció no hace tanto y sin embargo, (.
[JARRUS]
[/med].. Y no había nadie que entendiese ese deseo de soledad y calma más que aquel que también se encontraba allí, de seguro le había tomado a Yngvi algo de tiempo percatarse, pero la luna plateada que se asomó entre las nubes que pasaron finalmente empujadas por las ventiscas nocturnas, develaron a una figura que era difícil de perder una vez que era vista. Era un hombre sumamente alto, quizá no tanto como el que ella conoció con las cebollas, pero si parecía calmo, a pesar de tempestuosos ojos amatista.
Silencioso, con pies desnudos hundidos en las aguas, solo una especie de taparrabos purpúreo cubriendo las partes necesaria, mientras la enagua larga de tela se ondeaba con suavidad al igual que esos cabellos del mismo tono. El cuerpo musculado presente, joyas recubriendo sus muñecas, su cuello y una en sus cabellos larguísimos que se ondeaban sin cesar.
Tenía un enorme parecido con Bjorn, quien ella conoció no hace tanto y sin embargo, (.
YHs1571783 · F
En la penumbra aguardaba, sentada a la orilla del río. La sensación de tranquilidad y soledad que brindó aquél lugar le hizo la noche. Oscuridad y silencio, algo que necesitaba. Se recostó en el pasto colocando sus pies en el agua; estaba fría, más de lo que un humano común y corriente podría aguantar.
Exhaló hondo, llevó sus manos a sus costados, acariciando el suelo que le rodeaba. Tomó un puñado de tierra con su sinestesia el cual yacia algo húmedo por la cercanía al río y lo acercó a su nariz olfateando éste; sus labios se dibujaron en una sonrisa tenue, ese aroma sin duda le brindó tranquilidad.
¿Hacía cuanto que no venía a éste lugar? Quizá mucho, ¿un año? ¿dos?... Ya había perdido la cuenta. El bullicio de la gente comenzó a ser molesto, necesitaba ésto, necesitaba desconectarse.
Bajó su mano devolviendo aquél puñado de tierra al suelo cerrando los ojos, tranquilidad, paz, silencio. Se quedó allí siendo arrullada por el sonido del agua que se movía en un vaivén lento.
Exhaló hondo, llevó sus manos a sus costados, acariciando el suelo que le rodeaba. Tomó un puñado de tierra con su sinestesia el cual yacia algo húmedo por la cercanía al río y lo acercó a su nariz olfateando éste; sus labios se dibujaron en una sonrisa tenue, ese aroma sin duda le brindó tranquilidad.
¿Hacía cuanto que no venía a éste lugar? Quizá mucho, ¿un año? ¿dos?... Ya había perdido la cuenta. El bullicio de la gente comenzó a ser molesto, necesitaba ésto, necesitaba desconectarse.
Bajó su mano devolviendo aquél puñado de tierra al suelo cerrando los ojos, tranquilidad, paz, silencio. Se quedó allí siendo arrullada por el sonido del agua que se movía en un vaivén lento.
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