— Entonces es un trato que ha sido sellado. —Dijo el mayor de los dos hermanos correspondiendo a ese pequeño y suave ósculo, apegando sus labios con los de ella momentáneamente, mientras sus nudillos descansaban debajo de su mentón.
Con las mejillas enrojecidas, y un palpitar acelerado, la princesa aprovecho aquel instante a solas, para plantar un breve beso en los labios del Goliath. — Es un trato, mi querido Jarrus... —
— Hm, ¿Es así? Entonces como soy recíproco aplicaré exactamente el mismo trato, Princesa Romine. — Admitió sonriendo con travesura y levedad mientras le veía a los ojos, paseando suavemente su pulgar por sobre sus labios.
