|sigo al hombre extravagante, llego de improvisto y sin que usted ya lo nota ce me encontraba tras su espalda encima de mi areña-bot|
SUBLIME NO? A QUE NO SABE SI SOY YO! JAJAJAJA |rio exageradamente como es mi costumbre siendo narcisista en contables ocasiones|
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Parecía ser que aquel sujeto estaba algo. . pensativo. No lo sabía, en realidad pero era una simple suposición hacía la situación que se embarcó en profundos silencios. La de cabellos celestes bajo un poco la cabeza, casi asomandola a la ajena — ¿Puedo ayudarlo en algo más? — Pregunto en brevedad mientras metía las manos dentro de los bolsillos de sus jeans.
— Se nota extraño — pero después de eso guardo silencio. Tal vez se le escapó decir eso.
OFF: Claro, disculpa la tardanza. Me cuesta un poco a veces responder posts largos del móvil.
ON:
Los disparos de armas de fuego se oyen a la lejanía. Una mujer rubia platinada y en un vestido rojo se acerca de improviso al hombre que camina desprevenido bajo el sol de medio día y deshaciéndose de una peluca y aquel vestido; para así descubrir una cabellera corta castaña rojiza y lo que parecía una camisa negra con shorts.
Hecho esto, corre hasta plantarle un beso en los labios: - Disimula - le dice en voz baja tomándole del brazo para caminar a su lado como si se tratase de novios de mucho tiempo y riendo con tal naturalidad que pareciera realmente enamorada.
Unos hombres armados aparecen unos segundos después en la calle y toman molestos la peluca y vestido que la mujer había tirado en su huída, hablando en lo que parece ruso y profiriendo maldiciones sin pudor.
El italiano llevaba cerca de tres horas fuera de casa, aburrido, solo y distraído, no miraba donde caminaba, en su mirada se podía notar una fuerte heterocronía, su ojo derecho brillaba anaranjado y el izquierdo de ese azul cielo heredado de su padre. Su cabello castaño cubría levemente su pálido rostro, su blanca camisa estaba desordenada y con algunos botones faltantes, sus manos en sus bolsillos. De golpe sencillamente se detuvo en medio de la calle sin preocuparse si es que chocaba con alguien hasta sentir un golpe tan fuerte que lo hizo caer de cara pero antes de tocar el suelo apareció un poco de nieve bajo el para evitar un golpe, tan pronto se sintió observado solo se puso de pie algo avergonzado.
| una tarde mi fiel amigo servil y yo patrullábamos heroicamente encima de uno de mis mas grandes inventos el ''areña-bot'' andando cómicos incluso por cada rincón de nuestro hogar METROCIDAD, hambrientos y con gran satisfacción por nuestro turno de patrullaje decidimos ir a comprar unas rosquillas
manejando adecuadamente por las calles sin nada sospechoso hasta que un sujeto al que no vi antes por estos rumbos llamo mi atención|
Mode Off: hola, yo soy fanatico del tuyo, asi que estamos iguales XD seguro hacemos algo interesante.
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Aphrodita permaneció varios minutos dentro de algunas tiendas que estaban cercanas a la avenida pero dentro de poco al salir esta pudo notar la mirada de una persona que seguramente estaría cercana a ella. — ¿Uh?
La de cabellos celestes alzó la mirada. Con determinación esperó no tener que lidiar con ninguna situación.
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En la tranquilidad de aquel momento parecía ligeramente distraída, porque de cierta forma le recordaba a casa, los colores y el brillante sol le hacían añoran su hogar.
— Ya debería volver. Fue algo espontaneo que surgió de sus labios rosáceos en ese momento aún que la acción se llevaría acabo dentro de unas semanas.
Off: gracias a ti por enviar soli. Estoy segura q nos llevaremos bien.
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os Estados Unidos era un país casi de ensueño, en donde se podían realizar todo tipo de cosas. Eso decía la gente en Europa hasta que se decidió a tomar un tiempo fuera del Santuario de Grecia para volver a Suiza y después emprender un viaje a ese glorioso país.
Aphrodita se encontraba esa día soleado entre las calles de esas ciudad llena de gente agradable, ahora con jeans oscuros y una blusa blanca junto a unas zapatillas cerradas se paseaba por todo el centro del lugar. De vez en cuando los cabellos celestes se removían entre bailes armoniosos y algunas pocas veces rebeldes. Todo estaba tranquilo y la dama de Piscis parecía disfrutarlo demasiado.
