JamesLautrec

S E S S I O N | I

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“— Leí tus notas. Tal parece que el otro terapeuta no te funcionó.

Se escuchaban los pasos ligeros y casi furtivos por sobre la duela de la oficina, mientras mi mirada continuaba perdida en el ventanal, contemplando el bonito jardín que había fuera. Finalmente volteé hacía el terapeuta tras oír sus palabras, pero no se me ocurría qué responderle. Me sonrió con cierta condescendencia y ternura, como si notara cuán perdido estaba.

— En realidad, estoy contento de que hayas venido. El simple hecho de que estés aquí demuestra tu compromiso con el proceso.

Se sentó en el antiguo sofá de cuero tras de sí, y yo me limité a seguirle con los ojos, atento a cada uno de sus movimientos. Dejó el expediente sobre la pequeña mesita que nos separaba, y apoyándose en sus rodillas, se inclinó al frente y me regaló otra sonrisa; esta vez, una sincera.

— Quiero que entiendas que esto es diferente. Iremos a tu paso. Sin teorías, sin juicios, sin medicinas. Empezaremos desde el principio, e intentaremos entender qué ocurrió. Pero recuerda—

Solo podré ser tan honesto contigo como tú lo seas conmigo, y por ende, contigo mismo. “