— Ngh...M-Mio... — Mordió su labio inferior y cerró uno de sus ojos, sintiendo aquella pálida y desvergonzada mano del contrario tocarle por encima de su bóxer. Su hombría estaba bastante endurecida, caliente y firme, reaccionando de inmediato a los toques del japonés.

Aquel atrevimiento del menor fue una clara señal para que él también tuviera la iniciativa de explorar al contrario por debajo de su cintura. Antes de retirarle sus pantalones, acarició sus glúteos y muslos al llevar sus manos hacia atrás, manoseando toda aquella carne de sus contextura física, mientras que lentamente deslizaba hacia abajo los pantalones del contrario.

— Termina de quitártelos, cariño... — Le pidió al referirse a los pantalones de Mioyo, sin impedirle que continuara de tocarle su erección.— Quiero tocarte también...

El joven japones se queda viendo a aquel hombre frente a el, relamiendose los labios de forma leve antes de verle bajarse los pantalones

- AH!

Se sorprende bastante de ver el tamaño de aquella ereccion bajo su boxer, tragando en seco finalmente

- W-Wow...

Se acerca, conenzando a manosearla con notable descaro de su parte

— Oh... — Una sonrisa traviesa se hizo presente en sus labios, mirándose también esa zona de su cuerpo. Se le notaba un bulto por encima de sus pantalones, pero no se había enfocado en atender a ello, ya que estaba concentrado en darle cariño al menor. — Muy bien...Espera...

Se separó del castaño y al alejarse de la cama, se quedó de pie delante de él, retirándose el cinturón de sus elegantes pantalones, bajándolos de sus piernas. Ante esto, fue mucho más evidente la erección en la entrepierna del moreno, la cual estaba firme y hacia un lado, ansiosa por salir de aquella prenda interior que aún Jaidev tenía puesta. A pesar de esto, era notorio el considerable grosor y tamaño del mismo.

— Ven. Conócelo por tí mismo...

-Ah...

Se le queda mirando antes de ver hacia abajo, mordiendose el labio inferior y volviendole a ver a los ojos

-Quiero verlo... si es que estás cómodo con eso

Responde acariciandole la mejilla con suavidad

— ¿Ah, sí? Escuchar eso de tu parte, me causa una gran felicidad. También te deseo... — Le respondió en un momento en que se detuvo de mimar el pecho del menor, acercándose a sus labios y besándolos.

Luego, se separó de estos labios y se quedó mirándole directamente a los ojos, acariciando su mejilla.

— ¿Seguro que deseas que continuemos? ¿Te gustaría explorar alguna parte de mi cuerpo ahora?

-... Pervertido.

Responde riendo bajo al notar a aue se referia con "en sus sueños", sonriendo suavemente antes de continuar explorando el cuerpo ajeno, abriendo mas sus piernas para el

- Te deseo tanto....

Susurra nuevamente, en verdad queria tenerle dentro, pero era bastante dificil que sus nervios se calmaran de inmediato.

— Me encanta...Eres mucho más hermoso de lo que imaginaba en mis sueños... — Murmuró por lo bajo, aunque su comentario causó un inmenso enrojecer en su rostro, ya que le estaba confesando indirectamente que había tenido esa clase de sueños con el menor.

Cerrando sus ojos, usó sus labios y lengua para estimular uno de aquellos vírgenes pezones del joven japonés, saboreándolos con cada lamida y succión, siendo delicado y paciente en aquellas acciones, ya que no quería lastimar esas zonas sensibles de su piel.

Por otro lado, se tomó su tiempo para recorrer toda la pálida piel de la espalda contraria por debajo de su cuerpo y en aquel amoroso abrazo, no siendo brusco en ello.

-Espero no decepcionarte.

Responde el chico algo apenado, mordiendose el labio inferior finalmente antes de cerrar los ojos, dejandose desnudar y recostar en la cama, regresando a besarlo sintiendo sus manos en su cuerpo

- Ah... se sienten bien...

Susurra el menor, acomodandose mejor en la cama y acariciando la espalda y costados ajenos.

- Te... te gusta...?

— Quiero ver también lo que llevas bajo tu ropa...Veamos... — Le levantó con calma la prenda que el castaño llevaba en la parte superior de su cuerpo, haciéndola a un lado en el suelo. Así, pudo ver por primera vez el pecho y el vientre del menor, cautivado ante una piel tan tersa y blanca, mostrando una amplia y cautivadora sonrisa en sus labios. No le importó en lo más mínimo que fuera un chico grande. Después de todo, eso era todo un deleite para el moreno.

Le recostó de nuevo en la cama y, en cuanto volvió a besar los labios de su amante, llevó sus dos manos hacia esos pezones de Mioyo, acariciándolos entre sus dedos con total delicadeza, ya que quería que tuviera una buena experiencia en ello, sin causarle dolor.

Bueno, si no empiezas tu alguien tiene que hacerlo -comenta sonriendo para si mismo antes de morderse los labios- Es que sabes muy bien... hehe, tambien hueles bien.