— Sujétate bien, panecito de melón... — Jaidev dio unos pasos hacia atrás para columpiarse junto al castaño, elevando sus piernas del suelo y dispuesto a impulsarse hacia adelante junto a Mioyo.

Sin embargo, tal y como sospechaba el japonés, las cuerdas del columpio se rasgaron, ocasionando que ambos jóvenes cayeran al suelo. Rápidamente, Jaidev le abrazó para que el menor no se lastimara en la caida, cayendo este de espaldas hacia el suelo. A pesar de esa estrepitosa caida, Jaidev comenzó a reir en fuertes carcajadas, ya que su plan no dio resultados.

— ¡Jajajaja! ¡Mi-Mioyo! ¡Vá-Vámonos, antes de que vean que destrozamos el columpio! ¡Jajajajaja!

Confio en ti... -le responde aun no complrtamente convencido, sonriendo por lo bajo y mordiendose el labio inferior antes de sentarse sobre el ajeno- Hehe.

— Y si lo es, ¿Cuál es el problema? Creí que te gustaba el peligro. Anda, no va a pasarnos nada. — Dejó de tomar una de las cuerdas del columpio, usando esa mano para tomar la de Mioyo, incitándole a que se acercara a él. — Estaremos bien.

Ah... crees que logre aguantarnos a ambos? No va a ser peligroso que lo intentemos? -pregunta algo reacio a hacer aquello-

— ¿Masita suave? Jejeje. Es un buen apodo. Me podré acostumbrar a decirte así... — Dejó de columpiarse, mirándole de reojo con una pequeña sonrisa. — Ven. Siéntate en mis piernas. Hagámoslo juntos...

Claro! Soy mas fuerte de lo que parezco, no soy solo una masita suave

— ¡Oh! Eres más fuerte de lo que imaginé...¿Es gracias a tu panda? — Le preguntó el mayor, impresionado de que pudiera mecerle con tanta facilidad.

-lo comienza a empujar, meciendolo en el lugar y sonriendo divertido por aquella interaccion-

— Jejeje. De acuerdo... — Se sentó en el columpio y se sujetó bien de las cuerdas, esperando ser empujado por el contrario.

Confia en mi confia en mi -responde empujandolo para que se sentara-