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Era estúpida al aceptar una propuesta como esa, ahora iba a pasársela ignorando el tema del trono a su padre para que no la casara con alguien. Un año. Estaba bien por su parte.

Asintió suavemente con la cabeza. Dispuesta a todo la envolvió en un abrazo, el último por el momento, eso creyó.

─ Cuídate mucho, ¿está bien? Y... escríbeme ─y agregó para no sonar imponente:─...si quieres.

Esa tarde veraniega la vió partir sin saber que no la volvería a ver.
JaellaTargaryen · 16-17, F
Suspiró al escuchar su respuesta. ¿En verdad merecía semejante amor de su hermana?

Se permitió observarla en silencio, y aunque no podía expresar con palabras lo hermosa que le parecía si podía hacerlo con sus manos. Le tomó por sus mejillas con ambas palmas, después acarició con sus dedos las facciones perfectas que ella tenía. Eran las mismas que las propias, pero sólo Jaena tenía ese porte elegante y femenino que las hacia mejores.

— Con una condición. — Avanzó un paso, después habló en voz baja. — Un año. Me iré, y volveré este mismo día en un año, y si aún deseas lo mismo... Te llevaré conmigo.

No le permitiría jamás hacer las cosas mal. Ella tenía que darle su espacio, y ambas debían saber si eso era realmente lo que querían; el pueblo de Westeros dependía de ello.
Tenía razón, al parecer la inteligente de las dos era Jaella, se dominaba bien. Por otro lado Jaena estaba entregada a estas alturas, había esconfesado sus emociones sin filtro alguno, y sabía que incluso cuando no su contraria era conciente del interés. No le importaban los hijos, era lo suficientemente vanidosa para evitar tenerlos y sacrificarse por ellos, maldijo a sus ataduras por doblegar el deseo tan grande que descansaba en su ser: libertad.

Lo que diría iba a ser negado rotundamente, pero necesitaba verla a los ojos almenos una vez más; ya la extrañaba.

—Huyamos—susurró. Se encaminó hasta estar a escasos pasos de su hermana. Sudaba, sentía resbalar las gotitas de nerviosismo por debajo del vestido.
JaellaTargaryen · 16-17, F
Jaena siendo su amante. Porque lo deseaba, todo el tiempo ansío llegar más allá con ella, y aunque muchas veces estuvieron a punto jamás se sintió capaz de robarle ni un sólo beso, pues sabía que no habría vuelta atrás.

Simplemente no podía. Retrocedió, chocando su espalda contra su dragón con suavidad, y la bestia la miró en su confusión.
JaellaTargaryen · 16-17, F
Cada paso que daba su corazón se rompía pedazo a pedazo. Tenía sus botas puestas, así que estaba en la ignorancia en cuanto a su entorno, deseando que ella no le siguiera.

Pero lo hizo, a pocos minutos antes de irse. Detuvo sus acciones por instantes y apretó los dientes en una reacción impotente; odiaba no ser suficiente.

Envidiaba la habilidad de su padre, su madre y su hermana de dar respuestas rápidas y oportunas en momentos importantes. A ella las palabras venían con lentitud, así que ocupó una pausa para girarse y verla, con una mirada suplicante.

— ¡Yo no puedo darte todo! — Admitió, añadiendo sus manos con las palmas abiertas a sus costados, que se agitaron en su desesperación. — ¿Cómo podrás ser una reina sin herederos? —

Y es que todo se trataba de eso. Conocía la historia, sabía que asegurar la descendencia de forma legítima no era sólo obligatorio, si no que también de vida o muerte. Guerras se lucharon por ello, y no quería ensuciar el gran trabajo de
Con rabia se limpió las mejillas para saltar de su asiento y correr tras ella, casi se tropieza por culpa de los tontos zapatos, al quitárselos el sentimiento de cercanía creció porque su hermana andaba con los pies desnudos para ser más ágil. Definitivamente no podía dejar que se fuera.

En su camino hasta la fosa derribó a guardias, ladys y todo aquel que quisiera interponerse. La roca ardía bajo sus talones al cruzar la arena de entrenamiento y allí la vió, preparando su montura.

Tras unos segundos de admiración pudo tomar aire para alzar la voz.

─¡No puedes dejarme!
Eco sombrío llenó la sala, las puertas se habían cerrado y con ellas la posibilidad de convertir a Jaella en su reina. Estaba de hielo en el trono, el invierno le llegó antes de lo previsto. Bajo la cortina de pestañas blancas un manantial de lágrimas brotaba conforme pensaba en el futuro sin su otra mitad.

Subir al trono implicaba una alianza matrimonial mediante la que los hombres que había estado rechazado durante años buscarían cierta venganza al verle en la vitrina de novia. El tema había sido ya discutido con su padre: si conseguía a su reina el matrimonio con otra Casa no sería necesario. La idea de dejarse a manos de un hombre la repugnaba.

Ella sólo quería a Jaella, la había amado durante toda su vida.
JaellaTargaryen · 16-17, F
Cerró sus manos en puños a los costados de su cuerpo. Oír eso le hacía temblar de emoción; claro que quería eso y más de ella.

Pero... ¿Cómo podría ser tan egoísta para poner sus propios deseos en primer lugar? No, no podía interponerse en ella y su derecho legítimo al trono, a correr el riesgo de en un futuro ganarse su resentimiento por ello, así que hizo algo que le dolió profundamente.

No respondió a sus palabras, le dio la espalda y se marchó de allí; no podía quedarse en Westeros.

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