— Bien... Sólo te detendré un rato...

Susurró.
La chica se abrazó con cuidado a Jade y cerró sus ojos, respirando con la tranquilidad que esa cercanía le generaba.
Poco después, caería presa del sueño.

-le observó desnudarse, y sin quitar la vista de su cuerpo le acarició el abdomen suavemente antes de que se volviera a acostar, allí se quedó con ella , atrayendola más hacia sí mientras dejaba que su mano le acariciara la espalda con suavidad, dejando un beso en su frente para luego buscar su mirada-

Puedes... Así puedo acariciar mejor tu piel...

Negó con una sonrisa cariñosa.
Era una manera en la que sólo Jade le nombraba, así que estaba bien.
Cindy dudó un momento y se incorporó, sólo un poco para quitarse el vestido y volver a recostarse.
Con el mentón en el hombro ajeno, le observaba tranquila.

– No es necesario. Puedo dormir en ropa interior... —hizo una pausa y endulzo su voz— ¿verdad?

Prefieres que te llame de otra manera?

-preguntó sin perder la sonrisa, sentándose a su lado mientras la observa dejarse caer en la cama-

Acepto mi castigo sin protestas...

-respondió enseguida, quitándose también los zapatos para acostarse a su lado, a pesar de quedar algo apretadas en la cama jade se sentía cómoda con ella-

No quieres que te preste algo para dormir?

Cindy ríe alto ante el adorable (y ciertamente cómico) gesto de Jade.

— Sigues llamándome así...

Dijo sonriente. Sin soltar esa mano, la guió hacia la cama hasta que ambas se sientan juntas. La chica se descalza y se tumba allí, en la suavidad del colchón.

— Acepto tu oferta. Tu castigo por desaparecer es ser mi almohada hasta que me duerma.

Y te sirvo de almohada?

-le tomó suavemente de la otra mano, guíandola hacia la pequeña habitación donde estaba una cama de un cuerpo, un pequeño escritorio y un clóset. La señaló con la mano libre e hizo unos ademanes algo exagerados-

Su lecho por esta noche, lady Bubblegum~

— Sí por favor, mi cuerpo te lo agradece.

Justamente la chica se frotaba un ojo a causa del cansancio y con una sonrisita se colocó en pie dispuesta a seguirle.

Pero eso que me acabas de decir es una buena razón...

-rió solo un momento, acomodándose a su lado aunque con la vista en la entrada de la habitación-

Quieres que te enseñe la cama? Creo que es bastante tarde y debes estar muerta de sueño.

— Dear ¿Tiene que haber una razón?

Soltó suavemente y luego suspiró, tomándole de la cintura para moverle a un lado del sofá junto a ella.

— No eres como yo, y no eres una humana. Eres diferente, me atrae eso.

Ah... Y yo si? Porqué?

-tiene ganas de interrogarla, y le va a seguir haciendo preguntas hasta que se aburra, además le parece una forma de conocerla-