Podia escuchar que revisaba sus cajones, mas no le tomo importancia alguna pues comenzaria a rebuscar en los cajones superiores, sacando desde unas bolsas con pan para sandwich, mermelada y un pequeño plato.

— El olor a muerto siempre es desagradable... Puedes venir a comer lo que haya aqui cuando lo necesites.

Dejo las cosas sobre la mesa de cocina y camino ahora hacia el refrigerador, solo para bajar de la parte superior un carton con varios huevos crudos. Antes de volver a las cosas que antes habia sacado, levo consigo un pequeño vaso de cristal.

— ¿Prefieres agua o leche?

— Tiene sentido...huele a sangre coagulada.

Sin más caminó para ir detrás de él, tomando de un ladito la capa para seguirle de cerca. El calorcito le gustaba, asi que se mantuvo cerca.

—Una vez entré y había un tipo colgado del techo ya estaba feo...mala comida. —
Lo soltó y curioseaba en los cajones buscando algo con que jugar o ver, de un cajón sacó un tenedor pequeño de postre, lo iba a robar.

— Uh... Creo que no limpie bien la ultima vez.

Se acomodo un poco su cabello antes de levantarse de la cama y caminar hasta una silla cercana a su cama, tomando asi una especie de capa para el frio que aun podia sentir.

— Probablemente si haya sido mio, apenas hace 4 dias me... ¿Mori? Porque me cai, aunque creo que no se fue el olor del todo.

Fue sincero e indiferente en soltar esa informacion, haciendo un ademan von su diestra hacia la pequeña para que le siguiera el paso, avanzando fuera de la habitacion y caminando a la cocina.

— En cualquier caso, no entres en las casas asi, hay gente muy rara por el mundo.

Añadio una vez llego a la cocina, donde invito a la niña a tomar asiento.

— Me gusta comer, debo crecer grande y fuerte para ser *independente*

Aquello lo dijo mal sin querer por que las palabras largas aun eran complicadas para su vocabulario. Cuando la sugerencia de comida vino, se puso de pie sobre la cama saltando un poquito.

— Huevo crudo está bien! Soy una serpiente! crudo todo es mejor! —
jaló las esquinas de su boca y se veía aquella lengua larga bifurcada.

— Entré por la ventana por que tu olor era muy particular! Pero ahora se que no era tuyo! ¿hay un cadaver cerca? —

Se bajó de la cama y se veía como buscaba debajo de la cama, las cortinas y todos lados a la fuente de olor.

Escucho sus palabras detenidamente antes de dejar escapar un pequeño suspiro, levantandose entonces de la cama, quedando sentado en la misma zona, solo pudiendo ver de reojo a la pequeña.

— ¿Comes personas? Eso es... Nuevo.

Es la primera vez que escuchaba sobre canibalismo, sea cual fuese el caso, el sonido que producio el estomago de la infante fue suficiente para desviar la atencion de la mencion inicial.

— Si quieres comer puedo prepararte algo, deberia tener aunque sea huevo.

Una respuesta, significaba que lo podía ver, que no estaba del todo dormido o muerto, la niña sonrió casi de oreja a oreja, sentándose en la cama, con sus pies colgando de un costado de la cama, moviendo sus piecitos casi a un ritmo-

―Hueles a comida, pero no estás muerto. No puedo comer un vivo. Es la regla. ―

Se hizo hacia atrás y se recostó en la cama, su estomago gruñía.

Ni idea cómo entró a la habitación, pero ahi estaba, asomándose desde un costado, solo se veían sus ojitos brillantes a la orilla.

― Hueles chistoso. Hueles a tristeza. ―