— Me llamo Izumi Sang, soy descendiente de madre Surcoreana y padre Japonés. Aquellas palabras si que la pusieron nerviosa, tal vez porque está muy cerca de su oído o porque aquella pelirroja le atrae. — Espero no me vayas a dislocar la columna, ya la tengo algo torcida.
Le ofreció su mano. —Ven, te daré un masaje para que se alivie tu columna y te sientas mejor… Y nos conozcamos más de cerca y mejor —musitó eso último al oído de la rubia.
— ¿De verdad? Aunque la propuesta en si no es mala, le agrada la idea a lo que le responde que si le gustaría y que eso de meterle mano puede que sea posible. — En serio que flexibilidad la tuya, sentí se me iba a partir la columna, y la sangre se me fue al cerebro.
—No meteré mano, a no ser que eso quieras. —Y cuando pasó el tiempo suficiente para que el dolor se le quitase a Izumi, la pelirroja con una sonrisa añadió—. Si quieres puedo volverlo a hacer única y especialmente para ti. ¿Qué te parece?
— Solo no metas mano. Tiene la cadera totalmente adormecida y por lo que su único apoyo son los brazos para echarse para adelante y aunque le duele trata de que le ayuden a levantarse. — No sé cómo puedes hacer esto sin que se te quede entumida la cadera.
—Busco la forma de ayudarte a levantar sin que te lastimes. ¿Qué más podría estar viendo? ¿Tus caderas? Pues sí, también. –Ríe ligero—. Intenta echarte hacia atrás y sentarte hasta que se te pase el entumecimiento.
Aquella pelirroja era extraña, a veces nota que se porta de manera de mujer adulta y seria y otras aniñada e infantil cosa que le desconcierta. Aparte de no poder moverse ya que se siente entumida y al verla acercar se pone de nervios.
—No, no es nada sencillo, pero con algo de práctica y mi ayuda será cuestión de tiempo —Su tono era maduro, bastante contrastada a su manera de ser festiva. De cualquier forma, aprovechó que Izumi estaba en esa postura para verle las caderas de cerca—.
— Trata de imitarla y lo que consigue es que se le entuma la cadera por tratar de hacer dicha pose y lo único que consigue es que la sangre se le vaya a la cabeza. —
