Esto no es recuperación; esto es remisión.
Esto es mirar tu muerte en los ojos reflejados a diario, fruncir el ceño y alejarte.
Coalescente del fuego del infierno: la respiración de Lázaro encarnada sonoramente con los pulmones podridos. Suave. Incluso. Casi vivo en su imitación de vida y actividad.