— También te extrañe. Demasiado, hyung. —Reiteró con cierto énfasis nostálgico y repleto de amor pese a consideración propia no bastar para constatar el gran amor como devoción que siente día a día por su amado Hyung. Si, era insuficiente, las palabras sobraban.
Y por tal motivo se aferraba en la calidez del beso, inclusive tuvo la audacia de acorralarlo entre sus brazos y entre caricias no hubo sitio sin recorrer por sus manos.
Correspondió al beso sin dudarlo. Podía recordar la suavidad de aquellos labios, ese dulce sabor que tanto añoraba volver a probar.
Ladeó ligeramente el rostro, profundizando el gesto, y separándose por un breve instante solo para murmurar entre entrecortadas respiraciones. —Te extrañé tanto…
Negar que no adoraba ese encantador rubor sería una vil mentira de su parte, tan solo contemplaba cada facción por un instante más, anhelando que el tiempo entre ambos fuese eterno y con una sonrisa entre labios se adueñó de la varonil cintura al aprisonarla.
— Serán demasiados.— Dió cómo avisó y en seguida aprovechó para apropiarse de los labios impropios una vez más.
Le tomó por sorpresa, provocando que un leve rubor tiñera sus pómulos. Soltó entonces una tímida risita, pasando sus brazos por sobre los hombros impropios. —Serán todos los que quieras. —Susurró con cariño sobre sus labios.
