-La observó con una sonrisa torcida, entre divertido y ofuscado por haber tenido aquel manjar tan cerca pero tan lejos. Alzó los hombros mientras se levantaba para seguir la dirección de ella. - Quizás no probé tu sabor, pero tu saliva sí que apesta a fideos. - Comentó antes de seguirla. -
Lo dejo tontear con sus labios pero cuando menos se lo esperó y se apartó, lo embistió con su lengua por toda su cara y terminó empujándolo del mismo agarre con el que sostenía su rostro. – Anda ya, hay mucho trabajo que hacer.
Oh, ¿y por qué no me lo dejas saborear? - Preguntó pasando sus manos a los muslos ajenos, jalándola para apegarla a él. Mientras tanto sus labios se acercaron a los contrarios, rozándolos una vez tras otra, pero sin darle el gusto de completar el beso. -
Dejó el plato vacío a un lado para así darse media vuelta y sostener el rostro del asesino con ambas manos, él podría sentir la delicadeza que en ese momento estaba teniendo. – No estás ni cerca de conocer mi sabor.
- Por su parte no se apartó, ya que le encantaba sentir ese involuntario contoneo del cuerpo. Ante el permiso otorgado empezó a besar lentamente su hombro, succionando incluso su piel hasta ir subiendo al cuello de la muchacha. - No sabía que tenías tan buen sabor~.
Levantó su hombro al sentir aquellos labios sobre su piel y aunque él no lo percibió sintió cosquillas esperaba que con ese movimiento involuntario lograra apartarlo – Puedes servirte, hay demasiado para ambos.
Excelente, deberé servirme de otra manera. - Comentó a la vez que la rodeaba con sus brazos de la cintura, colocando sus labios en el hombro descubierto de la chica. - ¿Ves? Así podemos comer ambos~.
