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Alguien tan recta e intachable como ella tiene derecho a tener gustos que para alguien pueden tornarse ridículos, aunque cargue sobre sus hombros el legado del clan Gunnhildr es una chica como cualquier otra solo que con más deberes y responsabilidades.

Leer en los pocos tiempos libros que tiene alimenta cierta esperanza, esas historias maravillosas donde todos son felices y obtienen lo que quieren, maravillosa ficción.
No hay nada mas hermoso al amor puro y verdadero hasta volver a la realidad por eso es ficción. — Si tan solo yo pudiera… Sacudió la cabeza un poco posteriormen
 
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JG1557982 · F
— Lamentó mis modales, no fue mi intecion ignorarle

Suele perderse entre las líneas de aquellos libros que disfruta de vez en cuando al no estar demasiado ocupada como usualmente sucede, entre cada instante de libertad lleva consigo algo para entrenerse de manera recreativa.

— Toda lectura es hermosa, es un regalo que los autores nos brindan.

La reputación de la mujer es conocida dejándola sorprendída no esperaba tales revelaciones sintiéndose orgullosa, todo ha valido la pena.

— Me honra que mi reputación sea conocida fuera de Mondstadt, así es soy la caballero del diente de León.
— Un título bastante interesante si me lo pregunta. — Admitió con serenidad una voz cerca de ella, mientras se encontraba en aquel lugar un hombre de cabellos azulados, y traje combinado entre kimono oriental y occidental, sus pasos eran inquietantemente silenciosos, mas quizá esa tarde recordaría quizá la Capitana Provisional, que llegaría una visita que había pedido discreción y no ser anunciada al público general. El muchacho sonrió con suavidad, y asintió con calma, acotando. — He de admitir que he disfrutado de la lectura occidental de un tiempo a acá. — Asintió y dijo así para finalizar. — Debes ser la Caballero del Diente de León, ¿No es así? Tu honor es conocido más allá de Mondstadt.


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