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Te mueves más rapido de lo que eres capaz de procesar lo que estás haciendo. Luego lo racionalizarás con la presencia de vidas pasadas y de sus asuntos pendientes con las vidas pasadas de Jenna. La sientes menuda entre tus brazos y tu sonrisa se esconde en su cabello. No dices absolutamente nada, no hay necesidad y momentos pasan hasta que el eco en tu interior deja de ser tan gigantesco.

Te separas y le señalas a Rose colgando de su cuello. — Creo que sé por dónde podemos empezar: tu portal. Cada uno de los portales está en sintonía con tu energía vital y la utiliza para crear la brecha en el espacio y tiempo. Puedes utilizar esa sintonía para volverte más fuerte. Solo necesito enseñarte cómo utilizarla.
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— Jenna, de cualquier forma iba a ofrecerme. Mucho tiene que ver el hecho de que tus planes no funcionen cada dos de tres veces y poco, la oportunidad de atormentar a Decker. Por la forma en que has expresado esto entiendo que ella no es consciente lo que estás haciendo.

Confías en que tanto como Jenna, Emilia también ha tenido suficiente del ciclo vicioso y de las reencarnaciones sin fin. La observas como si desde ahora tuvieras la imperativa necesidad de grabarte sus gestos. Es cierto que los planes de Jenna en su mayoría no tienen pies ni cabeza, no obstante, cuando ella tiene un objetivo es imposible que la detengan. Que extraño es verla una vez más, la idea de que ella muera y ya no regrese te deja un extraño sabor en el paladar. Hace eco en tu interior de una manera acentuada, recordándote un vacío que no es fácil de rellenar. No por ti mismo. Pero sí por otras personas que, tarde te das cuenta, que has empezado a tomar por sentado.
JB1535635 · F
[...]

... de drástico. No que ella no estuviera llena de decisiones drásticas e impulsivas, pero esta la había tomado tras haberle dado una buena vista a su historial de identidades. Poco le había faltado para repartir una encuesta a cada una de ellas a ver si les gustaba la idea de ya no volver.

Y así de fácil era para Jenna el empezar a divagar, ajena a lo que estuviera pasando a su alrededor. Como por ejemplo, una mirada asesina del Guardián de Portales porque a pesar de que ya no la estuviera teniendo bajo su ojo vigilador de manera constante, pues... bueno, aún así se encontraría involucrado en las aventuras de su querida servidora que apenas le alcanzaba al hombro.
JB1535635 · F
—¿De verdad? ¿De veritas de veritas? ¿Como en los viejos tiempos?

En los viejos tiempos, Jenna solía acompañar al Guardián de Portales en sus misiones a otras dimensiones. Mucha tenía que ver la insistencia de Jenna y poca la insinuación de Linden en estas encomiendas. Era extraño ver al reencarnado pedir ayuda u ofrecerla. Él era más de acciones que de palabras y ella se había acostumbrado a tal patrón. Así que verle darle una mano, así como años atrás cuando apenas eran unos niños conociéndose dentro de las frías paredes de su encierro con un portal inestable como su boleto de salida, le produjo una nostalgia que la movió a sostenerlo de los hombros.

El pecho se le hinchó de orgullo:— Vamos a arruinarle los planes a la asociación. Te aseguro que en el camino le puedo sacar unas cuantas canas verdes a Emilia para que te diviertas tantito nomás. — ¿Ella? ¿Feliz?

Por supuesto que sí. Al contenedor de Samael no le gustaba estar sola. Mucho menos cuando decidía algo así.
¿Cómo no podrías apostar por ella? Lo llevas haciendo desde que la primera vez que se encontraron. Sin importar cuantas vidas hayan transcurrido, Jenna aún es capaz de sorprenderte, recordándote una vez más que esa es la razón por la que aún la buscas. La expectativa en la mirada de la reencarnada te saca una sonrisa y asientes con la cabeza.

— ¿Cuánto te tomó entenderlo? ¿Unos cuantos milenios?

Tienes sobre tu espalda años dedicados a la protección de la reencarnada, que es un reflejo analizar las decisiones que ella está tomando en ese momento. Romper el ciclo va más allá que borrar los vestigios de vínculos pasados entre ustedes dos. Es romper la maldición de Caín y Abel, aquella donde se encuentran destinados a morir bajo la mano del otro por la eternidad y atentar contra eso significa ir contra la asociación y su propósito. Sin Caín no puede haber Abel.

Sin los hermanos, no hay contenedores para los demonios.

— Déjame ayudarte, Jenna.
JB1535635 · F
[...]

—Emilia puede aún utilizar tu fotografía como el mejor modelo para lanzar sus dagas, pero creo que hace un tiempo empecé a entender por qué hiciste lo que hiciste. Cuando rompí uno de los eslabones de este círculo vicioso y probé un poco de normalidad, me di cuenta lo mucho que añoraba algo así. Somos productos de ciclos sin fin... hasta que decidimos que es suficiente, ¿no?

Hasta que ella decidía romper todos los eslabones y empezar desde cero. Sin embargo, para ello tenía todavía mucho que hacer. De pronto, el progreso de sus poderes no le parecía tan minúsculo. Su voluntad de cooperar con los planes de Zhar se veía vigorizada por lo que estaba recibiendo a cambio, y el temor que todo aquello no tenía solución se transformaba en una incógnita con dos posibles desenlaces.

Bane quería más de lo que sus vidas pasadas habían logrado. Quería romper el ciclo vicioso aún si eso significara que sus latidos finalmente empezaran la cuenta regresiva. Sin reinicios.
JB1535635 · F
¿Nada más? ¿En eso se resumía su existencia? ¿En catástrofes inevitables?

La reencarnada cerró el libro. En silencio dejó que sus engranajes trabajaran, buscando algo que dejara al Guardián de Portales desprovisto de lógicas refutaciones. Pronto se daría cuenta que la desprovista de estas se trataba de sí misma. En ese momento no tenía nada más que carboncillo, unos poderes aún desarrollándose, una voluntad titilante con los planes de la Asociación Alois y el constante temor de que todo lo que había sacrificado podría haber sido por una causa sin remedio.

—Estoy cansada de que todo sea inevitable, Linden. No quiero morir por las mismas causas, tampoco quiero que el resto de ustedes se involucren. Sebastian nos sepultó, ¿lo sabias? Finalizó nuestra agonía y creo que hacerlo lo mató. Naturalmente, sin Sebastian no podía haber Tessa. —Sebastian y Tessa. Salias y Sabriel. Los gemelos.

Jenna se levantó del suelo y le alcanzó el libro para que él lo ordenara como quisiera.

[.
— Me parece que el dramatismo se contagia, Jenna. Tú dime con quien tuvo que convivir. Manías que se convierten en hábitos y hábitos que no se pueden romper porque se convierten en lo que compartes con la otra persona. Una especie de confidencialidad que los volvió cercanos. — Es imposible que, en todo este tiempo, no hayas hecho un análisis de eventos pasados.

Es un intento para no cometer errores pasados. Crees que tenerlo todo segmentado, sin signos de interrogación al aire y con puntos finales te dará una ventaja ahora o en el futuro. Es la razón por la que dejaste de ser la sombra del contenedor. Pero mentirías si dijeras que solo velas por tu bien. El ciclo vicioso de la reencarnación sucede por la repetición de patrones. Tentadores, familiares y accesibles.

Fue por eso que encontraste a Jenna cuando Emilia lo pidió, ¿no?

— Creo que era inevitable.

Los contenedores de Lilith y Samael estan malditos en más de una forma: el amor era una sentencia de muerte para todo
JB1535635 · F
—Dime, ¿qué quiere decir: Myrcella no tuvo mejor idea que ahogarse en un vaso con agua y abrir las puertas del Inframundo? Para tu información, vio a Alec muerto y... ¿Sabes? Podrías haberte muerto fuera de su vista, solo digo. No tuviste mejor idea que ir hacia donde ella moribundo y morir en sus brazos. ¿Quién fue el dramático entonces?

Alec, Linden, y otras tantas identidades.

Jenna continuó leyendo las notas y escritos del Guardián de Portales mucho más que lo que estaba escrito con tinta. Volteó páginas, releyó otras de nuevo y finalmente tomó un respiro, sintiendo... tranquilidad dentro de ella. No tenía a LaLaurie queriendo moverse cerca de Alec. No tenía a alguien más nublando su juicio y sentimientos. — ¿Crees que si Alec la hubiera acompañado ese día no habría ocurrido lo que pasó?

Capaz Myrcella habría cambiado por completo de no haber sido derrotada por sus propios demonios. De no haber sido alcanzada por Lihriam y sus planes.
—Por color. — Respuestas innecesarias, porque el contenedor de Samael ya se ha sentado en el suelo y está viendo las primeras páginas.

Como muchos otros, tiene escritos a lapiz tuyos. Resaltando algunas palabras, tachando otras. Va contra todos los principios de las personas que gustan de la lectura pero cuando la información está errada no ves otra solución. La historia tiene una forma peculiar de decorar los eventos y no la culpas. Prefieres tener tu propia versión de los hechos, la que viviste en carne propia.

Recuerdas la Peste Negra de otra forma. Estás seguro que Jenna también lo hace, incluso ella podría agregar más a tus escritos y notas que tienes esparcidos por todas las hojas de ese libro que ella ha escogido.

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