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J1582596 · M
Con un gesto serio y una sombra de pesar en sus ojos, Jin mostró a Viviette un video grabado desde una cámara de seguridad. En la pantalla, se revelaba una escena oscura y retorcida: todas las familias mafiosas reunidas en un siniestro encuentro subastando menores de edad para satisfacción personal de los Oyabun (jefes o padres de alto estatus). El relato crudo y cruel dejó un silencio pesado en el aire.

— Incluso en este mundo, te acogen si tienes potencial. — susurró con amargura, — Pero si no lo tienes te convierten en mercancía, traficándote como un objeto. — Sus palabras cargaban el peso de una verdad brutal. Mientras existían prácticas ilícitas que movían los engranajes de las familias Yakuza, estos actos retorcidos traspasaban los límites de cualquier código y honor. — Si lo que buscas es un tipo de ganancia, entonces no me sirves para nada. —
V1583992 · F
Cuál es mi ganancia.. Hablando por supuesto de manera hipotética..


-Había vivido toda su vida en aquel distrito, conocía a las cabezas de la Yakuza o al menos aquellos que lideraban aquel lugar, muchos de estos le dieron asilo, comida y un techo sobre su cabeza luego de haber sido tomada por el sistema al momento de volverse una huérfana más de aquel lugar, tenía un dilema interno, jamás podría morder las manos de aquellos que en algún momento le dieron de comer.


Pareces estar ¿Enojado? Con los miembros..

Menciona un tanto insegura comiendo de su plato de ramen esperando una respuesta realmente válida y sostenible para poder seguirlo, pero hasta el momento no tenía nada de motivación para acompañarle en un acto suicida.-
J1582596 · M
Con la llegada humeante del ramen, Jin se sumergió en la experiencia con reverencia. Tomó los palillos con destreza llevando los fideos a su boca de manera tradicional. Sus sentidos absorbían el sabor y la esencia, mientras escuchaba atentamente las palabras de la chica.

Cuando ella terminó de hablar, él alzó la mirada con una sonrisa desquiciada, pero impregnada de confianza. Sus ojos reflejaban determinación inquebrantable afirmando con seriedad. — Así es, me ayudarás, yo estaré dispuesto a enfrentarme a cada familia, a desafiar a la Yakuza entera si fuese necesario. — Sus palabras eran un voto de firmeza en contra de cada organización. — Cuando se siguen los códigos, se pierde el honor. — El fuego de su resolución ardía, decidido a enfrentar las sombras que oscurecían aquel mundo clandestino.
V1583992 · F
Es un gusto conocerte Jin.. Mi nombre es Viviette.

-Espero con evidente impaciencia que aquel grupo de colegialas se fueran y lea dejarán solos nuevamente haciendole respirar con alivio, odiaba tener miradas y risitas tontas alrededor simplemente por un hombre, no las entendía y tampoco esperaba hacerlo, era claro que su modo de ver la vida era completamente distinto al de aquellas niñas ricas.

¿Piensas que voy a ayudarte a pelear contra las familias?

Una risa leve se le escapa pues era obvio que era bastante absurdo y que probablemente terminarían ambos muertos por hacer tal cosa, era diferente a pelear con subordinados a ir directamente por las cabezas líderes del distrito.-
J1582596 · M
El restaurante irradiaba autenticidad en cada detalle. Las paredes de madera envejecida sostenían lámparas de papel, creando una luz cálida que bailaba con la brisa. Mesas bajas rodeaban una barra donde los chefs ataviados con kimonos trabajaban con maestría. Jin y Viviette se sentaron en tatamis absorbiendo la atmósfera tradicional. Mientras esperaban la orden, el bullicio de la vida nocturna flotaba desde las calles de Kabukichō.

El momento se vio interrumpido por un grupo de colegialas entusiastas que rodearon a Jin, ansiosas por fotos. Con una sonrisa, él posó despreocupadamente, dejando que las risas y el flash de cámaras decoraran el aire. Una vez dispersadas, la conexión volvió a ellos. — Me llamo Jin. — reveló, su tono sincero y cálido en medio de la armonía que el lugar proporcionaba. — Soy alguien ajeno e independiente a las familias rivales, de hecho a algunas les estoy haciendo frente y es por ello que he venido a contactarte. —
V1583992 · F
-Ni en sus mejores sueños había podido imaginarse entrar en aquel local, por supuesto que ambos destacaban ella por lo desaliñada que lucia y el por lo limpio que estaba sin duda dejaba a todos con la curiosidad picando en su lengua venenosa sobre todo en la mayoría de las mujeres que la estaban analizando y juzgando en silencio, a Viviette eso no le importaba después de todo no seria ella quién pagaría por la comida de esa tarde, su mirada ojiverde miro mal a todas aquellas chiquillas que se preparaban para ir y a hablarle a su acompañante causandole demasiado fastidio, chasqueo la lengua contra sus dientes completamente molesta por la situación sin embargo trato de comportarse lo mejor posible.

¿Como te llamas?

Pregunta suavemente tomando asiento en una de las mesas alejadas de las personas, observandole con ansiosa curiosidad.-
J1582596 · M
La respuesta de la chica, directa y sin titubeos, fue un eco de certeza que resonó en los oídos de Jin. En su mirada encontró la promesa silenciosa de una complicidad compartida en el abismo de las sombras. Esa comprensión le arrancó una sonrisa cargada de gracia, su aprecio por su perspicacia se manifestó en el rincón de sus labios.

Acercándose, sugirió su siguiente paso con una propuesta tan casual como tentadora. — Primero déjame invitarte un ramen, después del debut hiciste, te lo has ganado. — Lo expresó con una nota de sinceridad reconociendo la habilidad que ella había desplegado en la confrontación.

Caminaron juntos por Kabukichō, ese laberinto de luces y misterios nocturnos, las manos de Jin reposaban en los bolsillos de su pantalón como si fueran guardias del camino. En el corazón de ese distrito de entretenimiento, ingresaron a un restaurante tradicional que exhalaba la esencia del Japón ancestral. — Adelante. —
V1583992 · F
No eran tan valientes al final.

-Resopla haciendo que uno de sus mechones se moviera y terminará por arreglarse nuevamente el cabello en una coleta alta, de sus medias no había nada que hacer, estaban sucias y tendría que llegar a lavarlas y rogaba que para entonces no tuviera que dar explicaciones, se cruzó de brazos observandole, lo admitía el sujeto tenía un aire bastante familiar mezclado con misterio provocandole deseos de seguirle, estaba segura que tenía ese rostro de meterse en problemas y eso solamente le emocionaba aún más, lo penso un poco antes de responder.


No a ningún lado ¿A donde quieres que vayamos?


No era la primera vez que se metía en problemas o peleas por lo que simplemente se lanzó a preguntar.-
J1582596 · M
Con sus ojos agudos como cuchillas y su sonrisa persistente, no pasó por alto la imagen algo desaliñada de la chica tras el enfrentamiento. El rastro de la pelea adornaba su apariencia, pero no disminuía la valentía que había demostrado. Mientras sus manos aplaudían el conflicto reciente, caminó hacia ella con un aire de osadía mezclado con intriga.

— Quién iba a pensar que una chica de aspecto colegial podría llegar a ser tan letal. — Pronunció Jin, sus palabras fluían con una confianza atrevida. Reconocía en sus ojos y movimientos que ella no era una recién llegada al submundo de la mafia japonesa. El silencio entre ellos era una partitura sutil de entendimiento.

— ¿Hacia dónde te diriges en estos momentos? — Inquirió con curiosidad, su voz portadora de enigmas y complicidades compartidas la cuestionaba pues tenía un propuesta que ofrecerle.
V1583992 · F
-Sus medias blancas estaban completamente sucias y llenas de polvo provocando un mal sabor de boca y un mal humor que se apoderaba de ella, estaba segura que su cabello estaba sucio y hecho un desastre sin duda había terminado de tener un terrible día aunque no calificaba entre los diez más malos que había tenido que pasar, recogio sus cosas y se aseguro que su celular estuviera en perfectas condiciones porque estaba segura que su nuevo tutor no le compraría otro.

Cobardes..

Se había olvidado de que tenía un espectador y pronto sus mejillas se tiñeron de un leve rosa por la evidente vergüenza.-

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