que los amenazaban en menos de diez segundos. Sin embargo, ella ha de actuar rápido, puesto que en ese momento, el Ojo de Dios no es omnipotente en su funcionamiento en cuanto al hackeo, al menos, no ahora que Juyeon no poseía el control absoluto de dicho sistema.
Ajeno a ello, el rifle a nueva cuenta yace en alto, pues así como supo cada detalle de las torretas, también supo sobre los puntos ciegos como debilidades de aquel par de armas, así fue como, esta vez, ocho balas fueron usadas, la pequeña ráfaga que fue a atacar los puntos débiles en cada torreta, y gracias a la propia potencia de los disparos, sería suficiente para que no volvieran a entrar en acción.
