Su atención era hacia delante, no tenía el interés en aquellos que estuvieran fuera del combate, después de todo, el trabajo en esos sitios había sido resuelto. El interés fue directo hacia el nuevo obstáculo; evidentemente ya no eran simples soldados contratados para la protección ajena, sino máquinas que fácilmente podrían aniquilarlos si ejecutaban un mal paso.
Sin embargo, no era algo a lo que Juyeon pudiera ver como un símbolo de desventaja. A nueva cuenta, el Ojo de Dios surge en la visión, y de inmediato entra en funcionamiento, inicia con un análisis completo a la maquinaria, especificaciones que se reducen en la dureza del material, como la cadencia de disparo que puedan tener cada uno, incluso la potencia que adquiere cada bala al ser disparada.
El segundo trabajo del sistema estuvo en proceso después tan pronto como los datos fueron tomados.
━ Hackeo completado en tres... Dos... Uno... Control de las torretas adquirido.
