No hizo nada en contra de los gestos opuestos, sin embargo, quedó inerte segundos, breves, antes de inclinar la cabeza a un costado. Fue entonces que alzó el pulgar de la zurda cuán afirmación fuera. Parecía brillar.
—Creo que has olvidado algo muy importante —le dio un leve toque en la frente con su índice y negó suavemente con la cabeza—. Como soldado debes acatar órdenes. Pero, ¿qué voy a hacer contigo?
━ ¿Descansar? No puedo aceptar esa orden; requiero seguir hasta que mi cuerpo exija el reposo de primera mano. Mientras posea energías suficientes podré continuar sin problemas.
—Sé de primera mano que puede resultar un fastidio, pero deberé ordenarte que descanses para la siguiente misión. No somos máquinas de matar... No por completo al menos. Y no quiero que te arriesgues o a la misión.
—No tienes que repetirlo, yo creo por completo en tus capacidades. Sin embargo, ¿estás segura de que quieres ser parte de esta misión? No has descansado en mucho tiempo.
