Para nada. Es divertido aprender cosas nuevas. —Sigue exagerando no más para asustarla. De repente se endereza y queda como si nada hubiera pasado.— Qué más sabes hacer?
Bien, suficiente. —Carraspeó, tomando de vuelta su cigarro y llevándose el pitillo a los labios.— Te seguiré enseñando, aunque no debes hacerlo si no quieres. También sé hacer otras cosas.
Argh, creo que debo practicar.—Gracias a esas palmadas se recupera y respira profundo para no sentirse tan ahogado.— Mañana lo haré mejor t hasta haré figuras con el humo.
Espera, ¿¡qué?! —Suelta la risotada, pero esta se transforma en una carcajada en cuanto le ve ahogarse. Accede a palmear un par de veces su pecho.— Debes contener el humo unos segundos. Cierra la garganta para que no te lo tragues. Y relájate. exhalarlo calma los nervios. (?)
Hmmm. ¿Eso es posible? —Se lo cedió, llevándose ambas manos a las caderas. Risueña peinó un mechoncillo de cabello rosado detrás de la oreja.— Las mejores cosas de la vida no son buenas. (?)
