-¿Porque Steve te puso a tus colegas y a tí, rastreadores?. No niego que al principio por ser un mero hombre era un poco fresco, timador pero me captaba toda mi atención y con sus ocurrencias me hacia reir, en otras me alteraba... Para ser el primer hombre que conocí era muy encantador, con él me di cuenta de todas las virtudes que puede tener los hombres, a pesar, de que mi madre y las amazonas desean cosas horribles hacia ellos. Se entiende porque ellas sufrieron por hombres en el pasado, en cambio, yo no... Nunca me lastimaron así que tener compañia masculina me hace feliz y pueda aprender muchos de ustedes, los hombres.

Sonríe nostalgica al recordar a Trevor, ese hombre que le ayudo en infimas aventuras, fue su guia en el Mundo del Hombre, su primer admirador, su mejor amigo.

-¿Débil a las mujeres?. ¿Que tiene que hacer una mujer para que los hombres caigan a sus pies?. ¿Puedo acompañarte a una sesión de exorcismo, John?.

-Nos colocó rastreadores a mí y a mís colegas, un tipo astuto, demasiado para su bien. Yo tampoco la tengo para con él, no sé como lo aguantas.-

-Abriría la puerta para que su acompañante pasara, mas con su mano libre rascaba su nuca. Dijo algo de ir a un sitio más alegre, pero no había pensado en ninguno previamente, cualquiera sería más alegre del sitio en el que se encontraba después de todo.-

Me movía por dinero hasta que lo dejé y luego siempre fuí débil a las mujeres, eso también está medio zanjado de momento. Ahora me muevo por inercia, ser exorcista es lo que mejor hago.

-¿Que te hizó Steve Trevor?, él es mi primer amigo hombre que tuve y tambien el primero que llegó a Themyscira aunque... Artemis no tenia paciencia con él.

Observó cómo su amigo apagó el cigarrillo con una pisada, sin percatarse que el nombre de Trevor le ponía mal a Constantine, siendo que para ella Steve era uno de los amigos más leales, sinceros y graciosos que podías conocer.

-Ya me dí cuenta que en el Mundo del Hombre, la mayoria de las personas son materiales y otras muy espirituales que sientes admiración por ellos. ¿Que cosas mundanas te hacen moverte más?.

La acompañante Amazona se pone de pie, siguiendo al hechicero hasta la salida del local para corresponder a la mirada calma y serena del rubio.

-¿Que lugar alegre tienes en mente?. Contigo voy a donde sea. Siempre es grato estar entre amigos.

Sonrie suavemente mientras sus ojos celestes emanan sinceridad y dulzura, a pesar de ser una guerrera.

-Conocí a uno de esos afortunados...Steve Trevor, ese cabrón nos puso chips a mí y a mis colegas.-

El cigarrillo cayó de entre sus dedos y en una pisaba terminó por apagarlo, al mismo tiempo respiraba hondo, tenía que ocultar en la medida de lo posible lo muy de mala leche que lo ponía el recordar al bueno de Steve, sin duda, uno de los pocos y a ser posible el último que se la habría jugado e ido de rositas.

-Satisfacción personal. Interesante. Aquí somos más de movernos por lo material.-

El rubio se puso de pie, estirando los brazos al cielo sumado a un ladeo de cabeza tras el cual devolvería ambas manos a su tan clásica gabardina. Daría una pasos a la salida del local y voltearía la mirada en dirección a su acompañante con una mirada calma.

-Vayamos a un sitio más alegre.-

-De hecho, en mi Isla paradisiaca de solo mujeres, no contamos con televisión ni nada que tengo tecnología excepto el Rayo Purpura... Si han habido pocos hombres que han visitado la Isla.

Premio realmente es portar el manto de la Mujer Maravilla y luchar por la humanidad cómo una Campeona Olímpica, para una amazona es el máximo honor que puedes tener y sólo hemos 5 maravillas en toda Themyscira, otros 2 más.

Cierra sus ojos suavemente, denotando todo su orgullo por portar tal manto y ser una de las protectoras de la Tierra junto a otros heroes. Habia crecido como una guerrera y en un mundo de guerreras asi que la fémina no habia aspirado a otro estilo de vida, además de pertenecer a la realeza Themysciriana.

-¿Tenían TV en tu isla paradisiaca de solo mujeres? -

¿Una pregunta tonta? Desde luego, pero es algo que no puedes saber con certeza hasta que te lo cuentan y le daba curiosidad el saberlo,

-¿El premio era que te envíen aquí? ¿Sólo eso? Pues vaya que son tacaños en el Olimpo.-

Sentenció el rubio pues tratandose de un torneo de tal magnitud cualquiera esperaría fortuna, algún objeto de valor incalculable y no un pasaje de ida a nuestro caótico y contaminado "mundo".

-Parezco una anciana porque ni siquiera veo televisión de adolescentes.

Comentó un tanto decepcionada para sí misma, mirando a su amigo que aceptó el vaso que le ofreció para luego apreciar esa expresión de alivio en su semblante.

-Aquí... Pues con la compañia de varios amigos y amigas que he hecho a la largo de mi vida se me hace más soportable aguantar estar lejos de casa aunque en el Mundo del Hombre siempre buenas cosas que aprendes en cualquie país que visites... Sí, añoro mi hogar sobretodo a estar bajo el calor de mi madre y la compañia de mis hermanas pero, si estoy aquí fue por mi decisión desde que me infiltre en el Torneo de las Amazonas y sabia que si ganaba la competencia, los Dioses me destinarian como su Campeona para proteger a la humanidad... Cómo gane tengo que aceptar las responsabilidades que lleva este manto... Sabes, más tarde, me revelaron que desde mi reencarnación cómo Diana, ya estaba destinada a ser la Mujer Maravilla.

-Es muy de la cultura pop, debo dejar de ver televisión de adolescentes.-

Sentenció el rubio justo antes de percatarse de la bebida, aquelló captó su atención y encanto aceptó el vaso que le ofrecía la amazona, dando un sorbo al mismo para estirar sus extremidades después, con una expresión de alivio en el rostro.

-Nada como un buen trago después de un viaje. Bueno, sí, viendo el lado positivo su interferencia interrumpió al espectro en su cruzada contra mi persona. ¿Y cómo llevas lo de estar por aquí? ¿No añoras el hogar?-

Cuestionó el rubio con curiosidad, le interesaba el tema, en el fondo porque él no podía volver al suyo, una maldición lo empezaba a matar ni bien pisaba suelo inglés y quizá quería oir que no el hogar no era para tanto.

-¿Fanboylear?, ¿Así se le dice cuando los fan admiran alguien?. Nunca habia escuchado ese termino.

Preguntó curiosa la Amazona, decide tomar la botella y un vaso, donde verte el liquido en dicho vaso para luego darle un sorbida. El alcohol no afecta en su organismo para su suerte no llega en emborrarse siquiera, para ella, es sólo una bebida más. ¿Que tendría de novedoso ese trago que a su amigo y a los demás mortales se le hace agua la boca?.

-No puedo creerlo, tomo la forma de un cachorro. Creo que al tomar una forma benévola queria enseñarte que él está hasta en los seres puros e indefensos... No sé, es cómo lo que yo lo interpreto. Eso de la voz sonora me recuerda a Zeus, pienso que ambos son contrapartes de diferentes dimensiones, solamente que Jevoha es alguien puro, casto, benévolo cómo castigador pero Zeus tambien es benévolo y castigador pero lascivo.

La mujer mira el cielo pensativa, esto de las diferentes religiones y cómo interpretarlas era algo bizarro pero atraye

-Claro que lo eres, a sus ojos lo eres y eres lo que ellos quisieran ser. A mí me impresiona, pero no necesito superpoderes ni un ídolo al cual fanboylear-

Profirió el rubio en tono sereno antes de como buen adicto que era dar una calada más a su cigarrillo, con la mirada arriba para exhalar el humo al cielo. El león juzga por su condición dicen y él nunca iba a encomendarse a alguien porque las personas fallan cuando más los necesitas, aquel era su pensar.

-Suena a patán, supongo que le hace honor a su nombre. Me hago una imágen de Zeus, pero Jehova, Javeh o como quiera llamarse la última vez que lo ví se presentó como un cachorro y la anterior solo fué algo sonoro, el tipo es raro de cojones.-

Sentenció con una mueca de confusión, sin embargo una sonrisa se formaría en su rostro, era bueno saber que había más quienes no se postraban de solo oir la palabra Dios o empezaban a ser super formales mientras se hacían del miedo.