Quizás confundía sus propios exhaltados latidos con los de Katsuko, su corazón parecía querer salirse de su pecho, todo iba unido, la coloración en sus mejillas por una parte, el calor que iba esparciéndose por su cuerpo al sentir aquellas manos contra sus glúteos mientras compartía saliva de aquella forma exquisita con la ceniza. Unida a ella de esa manera, moviendo su lengua a la par de la ajena, apretando su cuerpo contra el ajeno, ambos senos apegados, generando ante cada pequeño movimiento una deliciosa y agradable fricción.

Estaba fundida en aquel beso con la ceniza, le gustaba mucho esa sensación; sintió el suelo en sus pies, pero fue por poco tiempo, luego fue alzada y recostada de la pared pero esta vez, ella enredo sus piernas en las caderas de la chica mientras jugueteaba más con sus dedos en la nuca de ella. El beso era cada vez más profundo, le costaba respirar, intento tomar la iniciativa usando su lengua, pero lo hacía de forma muh pausada y tímida.

El que pudiese levantarla con tanta facilidad le recordaba ese fascinante atractivo que tenía Katsuko, por primera vez se atreve a besarla ella. Va dirigiendo mediante el beso transcurre sus dedos por la barbilla de la chica, luego a su cuello para terminar en la nuca de esta, jugando con sus dedos en los cabellos de aquella zona.

Izuki era ese tipo de chica, no podía, claramente, estar tranquila en una situación de ese tipo.

— E-Es que...

Se puso colorada, pero realmente extrañaba eso, le gustaba de alguna forma estar a su altura aunque sentía que la incomodaba ya que la estaba cargando. Ella cerró sus ojos y termino de acortar la distancia entre sus labios, besando los de la rubia ella antes de que la rubia pudiese superarla en eso.

— Es que estamos en la escuela y-y... No creí que fuese tan bajita a tu lado