Y una sonrisa llena de satisfacción se dibujó en su rostro cuando él menor avergonzado afirmó a su petición.
—¡Yosh, yosh!~ Buen niño~ —
Exclamó a la par que le dejaba unas cuantas palmaditas en la cabeza, era un niño adorable y asustadizo, era divertido ver sus reacciones. Ansiaba ver en qué se convertiría más adelante.
-El albino dio unos cuantos pasos hacia atrás, estaba muy cerca de él y aquello más que terror, le generaba algo de pena, simplemente volteó a ver hacia otro lado mientras intentaba hablar pese a la vergüenza-
¡L-lo siento, no volveré a mentirte!
-Fue lo que dijo con claro nerviosismo en su voz y esperando a poder librarse de aquella situación en la que se vería convertido en un sapo-
No la culpen, nunca había tenido hijos, por ende no sabía cómo tratar con niños, y eso sumado a que le gustaba asustarlos, era una combinación no muy buena para Bell.
—Entonces, dime. ¿Volverás a mentirme?
Al decir esto acercó su rostro peligrosamente al del niño, buscando invadir su espacio personal y a su vez atormentarlo con aquella sonrisa sombría que aún no se borraba de su rostro, incluso lo ladeó ligeramente la cabeza hacia la derechs, esperando una respuesta honesta.
¿Y como no tratarlo como un niño si incluso era más bajito que ella? Tenía un rostro de muñeca y totalmente andrógino, se le crecía el cabello, tranquilamente podría decir que era una niña.
— ¡Hahaha!~
Solo soltó una carcajada, asustar niños era algo que le fascinaba, halloween era ideal para ella. Se llevó las manos a la cintura y con esto curvó ligeramente su torso hacia delante, para quedar a la altura del menor.
—¿Acaso parece que bromeo?.
Y su rostro de suave expresión rápidamente se tornó sombrío, con una sonrisa llena de maldad en su rostro. Pretendía asustarlo para que no le volviera a mentir, más que nada porque comer era importante y si se las salteabs, no tendría energías.
